Encuentro de Acción Católica Arquidiocesana

La Acción Católica Arquidiocesana organiza un encuentro para dirigentes en su sede de calle Buenos Aires. La cita será este sábado 24 desde las 8.00 hasta las 13.00 y contará con la presencia de Mons. Puiggari.

Será la ocasión para tratar los objetivos del año: Sínodo, la participación en la Asamblea Federal entre otras cuestiones.
Se convoca especialmente a todos los dirigentes de todas las secciones y aéreas de los diferentes grupos de Acción Católica en las parroquias de la Arquidiócesis.

En este sentido, se recuerda que Acción Católica esta transitando en este 2018 el final de trienio por lo que habrá renovación de autoridades a fin de año. En la Asamblea Federal que se realizará en San Juan en el mes de octubre se realizarán las elecciones que proclamarán los nuevos directivos

Cenáculo Movimiento Sacerdotal Mariano

En el marco de la visita a Argentina del responsable del Movimiento Sacerdotal Mariano, Mariano, P. Laurent Larroque el miércoles 21 se realizará en la Parroquia San Miguel Arcángel un cenáculo de oración y luego Santa Misa.

La actividad comenzará a partir de las 18.30 con la Exposición del Santísimo, Cenáculo y a las 19.30, misa. Tras esto habrá una charla fraternal con el Padre Larroque.

Este movimiento nació en Fátima en el año 1972 y fue fundado por el Padre Stefano Gobbi.

Vía Crucis Viviente

El próximo Viernes Santo (30 de marzo), se realizará en Paraná una nueva edición del Vía Crucis Viviente.

La vigésima séptima edición de esta representación se llevará a cabo en el predio del kilometro cinco y medio.

La comunidad de la Capilla Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y un gran grupo de colaboradores se encuentran en plena organización.

La cita está prevista para el viernes 30 a partir de las 20.00, con entrada libre y gratuita.

Nuevo Párroco en Oro Verde

El domingo 18 la comunidad de Jesús Maestro y Señor de la Humanidad Oro Verde recibió a su nuevo párroco. En una ceremonia colmada de fieles y sacerdotes, Monseñor Juan Alberto Puiggari puso en funciones al Pbro. Hernán Arismendi.
En sus palabras, el flamante párroco expresó su profundo agradecimiento a todos quienes lo acompañaban física o espiritualmente. Asimismo, Arismendi aseguró “que vengo con el deseo de celebrar con ustedes la belleza de un Jesús que se entregó como signo del mayor amor que la historia jamás pueda contar, con la inquietud de querer caminar juntos y desandar los caminos que el Señor nos permita recorrer y con las ganas de dejarnos sorprender por las cosas que Dios nos ponga en el camino”.
Finalmente a su nueva comunidad le confió algunos de los desafíos de estos tiempos: poner en acción los lineamientos que se trazaron en el tercer sínodo arquidiocesano, un esfuerzo de Iglesia local para abrir nuevos horizontes en la nueva evangelización con deseo de llegar a todos, y continuar con esta gran “odisea” de tener un templo propio, digno y decoroso. “Varias etapas ya se cumplieron, lo que parecía un sueño ya está en su punto más alto por eso relancemos nuestro entusiasmo y compromiso”, alentó el Pbro. Arismendi.

Catequistas: Retiro Diocesano

 

La Junta de Catequesis de la Arquidiócesis invita para el fin de semana del 3 y 4 de marzo a un retiro para Catequistas.

La cita está prevista en el Centro Mariápolis y comenzará el sábado 3 a las 9.00 y culmina el domingo a las 12.00.

Se agradece confirmar asistencia al correo juntadecatequesisparana@hotmail.com o al Facebook Junta de Catequesis Paraná.

 

 

Retiro Abierto para Laicos

El Consejo Arquidiocesano de Acción Católica invita a un Retiro Abierto para Laicos.

El encuentro se desarrollará el 17 de marzo desde las 8.00 a las 19.30 en Abba Padre.

Encuentro de Formación de la Acción Católica

Bajo el lema “Hasta que Cristo sea formado en ustedes”, se realizó este lunes 12 y martes 13 el cuarto Encuentro de Formación de la Acción Católica.

En cuanto a la participación el dirigente arquidiocesano de la ACA, Armando Sánchez, expresó que “realmente la respuesta es maravillosa. Estuvo bueno ver que, en pleno verano cuando uno podría estar haciendo mil cosas en tiempo de carnaval, se dedique y haya tan buena respuesta para esto que es formativo. Realmente ha sido maravilloso. Todas las charlas han sido una mejor que otra.”

Durante las dos jornadas trabajaron sobre tres ámbitos de la realidad: Con respecto a la Iglesia, analizaron temas referentes al Sínodo Arquidiocesano; las pastorales; la Junta de Laicos Arquidiocesana. En el ámbito de la Acción Católica Argentina examinaron su misión evangelizadora: apostolado ambiental; los servicios y sectores; los grupos de proyección evangelizadora. En este marco se exploró el rol del militante como impulsor y protagonista de su ambiente. Y, finalmente, con el Mundo como horizonte se ahondó en el desafío del contexto actual.

Por su parte, Fabiola García de Calloni, presidenta del Consejo Arquidiocesano de la Acción Católica, se mostró muy conforme con el encuentro de formación: “Ha sido un encuentro muy rico, realmente fraterno de vivencia cordial y de mucho crecimiento. Si bien es un encuentro formativo, que está “plagado” de charlas una tras otra, se ha logrado en encuentro entre nosotros, espiritual y en momentos de descanso. Crecimiento como personas para cada uno. Así que ha sido un encuentro integral, en todos los sentidos.”

FUENTE: CATOLICUS.COM

 

Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma

A continuación compartimos el mensaje completo del Papa Francisco para este tiempo. La reflexión lleva por título «Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría» (Mt 24,12).

 

«Queridos hermanos y hermanas:

Una vez más nos sale al encuentro la Pascua del Señor. Para prepararnos a recibirla, la Providencia de Dios nos ofrece cada año la Cuaresma, «signo sacramental de nuestra conversión», que anuncia y realiza la posibilidad de volver al Señor con todo el corazón y con toda la vida. Como todos los años, con este mensaje deseo ayudar a toda la Iglesia a vivir con gozo y con verdad este tiempo de gracia; y lo hago inspirándome en una expresión de Jesús en el Evangelio de Mateo: «Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría» (24,12). Esta frase se encuentra en el discurso que habla del fin de los tiempos y que está ambientado en Jerusalén, en el Monte de los Olivos, precisamente allí donde tendrá comienzo la pasión del Señor. Jesús, respondiendo a una pregunta de sus discípulos, anuncia una gran tribulación y describe la situación en la que podría encontrarse la comunidad de los fieles: frente a acontecimientos dolorosos, algunos falsos profetas engañarán a mucha gente hasta amenazar con apagar la caridad en los corazones, que es el centro de todo el Evangelio.

Los falsos profetas

Escuchemos este pasaje y preguntémonos: ¿qué formas asumen los falsos profetas?

Son como «encantadores de serpientes», o sea, se aprovechan de las emociones humanas para esclavizar a las personas y llevarlas adonde ellos quieren. Cuántos hijos de Dios se dejan fascinar por las lisonjas de un placer momentáneo, al que se le confunde con la felicidad. Cuántos hombres y mujeres viven como encantados por la ilusión del dinero, que los hace en realidad esclavos del lucro o de intereses mezquinos. Cuántos viven pensando que se bastan a sí mismos y caen presa de la soledad.

Otros falsos profetas son esos «charlatanes» que ofrecen soluciones sencillas e inmediatas para los sufrimientos, remedios que sin embargo resultan ser completamente inútiles: cuántos son los jóvenes a los que se les ofrece el falso remedio de la droga, de unas relaciones de «usar y tirar», de ganancias fáciles pero deshonestas. Cuántos se dejan cautivar por una vida completamente virtual, en que las relaciones parecen más sencillas y rápidas pero que después resultan dramáticamente sin sentido. Estos estafadores no sólo ofrecen cosas sin valor sino que quitan lo más valioso, como la dignidad, la libertad y la capacidad de amar. Es el engaño de la vanidad, que nos lleva a pavonearnos… haciéndonos caer en el ridículo; y el ridículo no tiene vuelta atrás. No es una sorpresa: desde siempre el demonio, que es «mentiroso y padre de la mentira» (Jn 8,44), presenta el mal como bien y lo falso como verdadero, para confundir el corazón del hombre. Cada uno de nosotros, por tanto, está llamado a discernir y a examinar en su corazón si se siente amenazado por las mentiras de estos falsos profetas. Tenemos que aprender a no quedarnos en un nivel inmediato, superficial, sino a reconocer qué cosas son las que dejan en nuestro interior una huella buena y más duradera, porque vienen de Dios y ciertamente sirven para nuestro bien.

Un corazón frío

Dante Alighieri, en su descripción del infierno, se imagina al diablo sentado en un trono de hielo; su morada es el hielo del amor extinguido. Preguntémonos entonces: ¿cómo se enfría en nosotros la caridad? ¿Cuáles son las señales que nos indican que el amor corre el riesgo de apagarse en nosotros?

Lo que apaga la caridad es ante todo la avidez por el dinero, «raíz de todos los males» (1 Tm 6,10); a esta le sigue el rechazo de Dios y, por tanto, el no querer buscar consuelo en él, prefiriendo quedarnos con nuestra desolación antes que sentirnos confortados por su Palabra y sus Sacramentos. Todo esto se transforma en violencia que se dirige contra aquellos que consideramos una amenaza para nuestras «certezas»: el niño por nacer, el anciano enfermo, el huésped de paso, el extranjero, así como el prójimo que no corresponde a nuestras expectativas.

También la creación es un testigo silencioso de este enfriamiento de la caridad: la tierra está envenenada a causa de los desechos arrojados por negligencia e interés; los mares, también contaminados, tienen que recubrir por desgracia los restos de tantos náufragos de las migraciones forzadas; los cielos —que en el designio de Dios cantan su gloria— se ven surcados por máquinas que hacen llover instrumentos de muerte.

El amor se enfría también en nuestras comunidades: en la Exhortación apostólica Evangelii Gaudium traté de describir las señales más evidentes de esta falta de amor. estas son: la acedia egoísta, el pesimismo estéril, la tentación de aislarse y de entablar continuas guerras fratricidas, la mentalidad mundana que induce a ocuparse sólo de lo aparente, disminuyendo de este modo el entusiasmo misionero.

¿Qué podemos hacer?

Si vemos dentro de nosotros y a nuestro alrededor los signos que antes he descrito, la Iglesia, nuestra madre y maestra, además de la medicina a veces amarga de la verdad, nos ofrece en este tiempo de Cuaresma el dulce remedio de la oración, la limosna y el ayuno.

El hecho de dedicar más tiempo a la oración hace que nuestro corazón descubra las mentiras secretas con las cuales nos engañamos a nosotros mismos, para buscar finalmente el consuelo en Dios. Él es nuestro Padre y desea para nosotros la vida.

El ejercicio de la limosna nos libera de la avidez y nos ayuda a descubrir que el otro es mi hermano: nunca lo que tengo es sólo mío. Cuánto desearía que la limosna se convirtiera para todos en un auténtico estilo de vida. Al igual que, como cristianos, me gustaría que siguiésemos el ejemplo de los Apóstoles y viésemos en la posibilidad de compartir nuestros bienes con los demás un testimonio concreto de la comunión que vivimos en la Iglesia. A este propósito hago mía la exhortación de San Pablo, cuando invitaba a los corintios a participar en la colecta para la comunidad de Jerusalén: «Os conviene» (2 Co 8,10). Esto vale especialmente en Cuaresma, un tiempo en el que muchos organismos realizan colectas en favor de iglesias y poblaciones que pasan por dificultades. Y cuánto querría que también en nuestras relaciones cotidianas, ante cada hermano que nos pide ayuda, pensáramos que se trata de una llamada de la Divina Providencia: cada limosna es una ocasión para participar en la Providencia de Dios hacia sus hijos; y si él hoy se sirve de mí para ayudar a un hermano, ¿no va a proveer también mañana a mis necesidades, él, que no se deja ganar por nadie en generosidad?

El ayuno, por último, debilita nuestra violencia, nos desarma, y constituye una importante ocasión para crecer. Por una parte, nos permite experimentar lo que sienten aquellos que carecen de lo indispensable y conocen el aguijón del hambre; por otra, expresa la condición de nuestro espíritu, hambriento de bondad y sediento de la vida de Dios. El ayuno nos despierta, nos hace estar más atentos a Dios y al prójimo, inflama nuestra voluntad de obedecer a Dios, que es el único que sacia nuestra hambre.

Querría que mi voz traspasara las fronteras de la Iglesia Católica, para que llegara a todos ustedes, hombres y mujeres de buena voluntad, dispuestos a escuchar a Dios. Si se sienten afligidos como nosotros, porque en el mundo se extiende la iniquidad, si les preocupa la frialdad que paraliza el corazón y las obras, si ven que se debilita el sentido de una misma humanidad, únanse a nosotros para invocar juntos a Dios, para ayunar juntos y entregar juntos lo que podamos como ayuda para nuestros hermanos

El fuego de la Pascua

Invito especialmente a los miembros de la Iglesia a emprender con celo el camino de la Cuaresma, sostenidos por la limosna, el ayuno y la oración. Si en muchos corazones a veces da la impresión de que la caridad se ha apagado, en el corazón de Dios no se apaga. Él siempre nos da una nueva oportunidad para que podamos empezar a amar de nuevo.

Una ocasión propicia será la iniciativa «24 horas para el Señor», que este año nos invita nuevamente a celebrar el Sacramento de la Reconciliación en un contexto de adoración eucarística. En el 2018 tendrá lugar el viernes 9 y el sábado 10 de marzo, inspirándose en las palabras del Salmo 130,4: «De ti procede el perdón». En cada diócesis, al menos una iglesia permanecerá abierta durante 24 horas seguidas, para permitir la oración de adoración y la confesión sacramental.

En la noche de Pascua reviviremos el sugestivo rito de encender el cirio pascual: la luz que proviene del «fuego nuevo» poco a poco disipará la oscuridad e iluminará la asamblea litúrgica. «Que la luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas de nuestro corazón y de nuestro espíritu», para que todos podamos vivir la misma experiencia de los discípulos de Emaús: después de escuchar la Palabra del Señor y de alimentarnos con el Pan eucarístico nuestro corazón volverá a arder de fe, esperanza y caridad.

Los bendigo de todo corazón y rezo por ustedes. No se olviden de rezar por mí».

Vaticano, 1 de noviembre de 2017 Solemnidad de Todos los Santos

 

FRANCISCO

Cuaresma: tiempo de perdón y reconciliación

La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión. Se extiende por cuarenta días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo.

A lo largo de este tiempo de preparación para la Pascua -sobre todo en la liturgia del domingo- los cristianos están llamados a realizar un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes.

El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.

La Iglesia invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. La Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna.

40 días

La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia. En ésta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.

En la Biblia, el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en la tierra, seguido de pruebas y dificultades.

La práctica de la Cuaresma data desde el siglo IV, cuando se da la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.

Con Datos de Aciprensa

Seminario Catequístico Arquidiocesano «Nuestra Señora del Rosario»

Desde el Seminario Catequístico Arquidiocesano informaron que en marzo comienzan las inscripciones para el período 2018. Será los días 6, 7, 13 y 14 del mes siguiente en el horario de 18.00 a 20.00.

El Colegio San José Obrero –Avenida Zanni y O’Higgins- será la nueva sede de esta instancia de formación.

La propuesta de capacitación implica dos años con un cursado de dos días a la semana: de 18.00 a 21.00.

Correo: seminariocatequistico@hotmail.com