Asamblea Nacional de Comunidades Eclesiales de Base

La Asamblea Nacional de Comunidades Eclesiales de Base (CEB) se realizará del 22 al 24 de mayo en la Capilla San Francisco de Asís, sita en Avenida Montiel  1695, del Barrio Gaucho Rivero.

Del encuentro participarán los delegados y subdelegados de las siguientes diócesis del país:

Región NEA: Posadas, Formosa, Resistencia, Iguazú, San Roque.

Región NOA: Jujuy, Salta, Catamarca, Santiago del Estero, La Rioja, Orán, Cafayate.

Región Buenos Aires: Zárate, Campana, Mar del Plata, Capital Federal, San Isidro, Merlo, Moreno, Quilmes, Laferrere, San Miguel, José C. Paz.

Región Sur: Viedma, Bariloche, Alto Valle, Neuquén.

Región Litoral, Rosario, Santa Fe, Paraná.

Asimismo, se informó que estará presente el articulador de CEB del Cono Sur, P. Alwin Nagy y los obispos asesores de CEB, ante la Conferencia Episcopal Argentina de Merlo-Moreno Monseñor Fernando Maletti y de Viedma Monseñor Esteban Laxague.

Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

 

Este domingo 17 se celebra la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales en su edición XLIX. El tema elegido por Francisco para el mensaje de este año es “Comunicar la Familia: ambiente privilegiado del encuentro en la gratuidad del amor”.

El tema entra en el ámbito de lo que será la materia central de los próximos Sínodos de la Iglesia Universal: la familia. La Jornada Mundial de las Comunicaciones se celebra el domingo anterior a la fiesta de Pentecostés y el Mensaje del Papa se publica tradicionalmente en la festividad de San Francisco de Sales, patrono de los periodistas, el 24 de enero.

El mensaje completo lo puede leer AQUÍ

Mensaje del Papa para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

 

 

 

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
PARA LA XLIX JORNADA MUNDIAL
DE LAS COMUNICACIONES SOCIAL
ES

 

Comunicar la familia:
ambiente privilegiado del encuentro en la gratuidad del amor

 

El tema de la familia está en el centro de una profunda reflexión eclesial y de un proceso sinodal que prevé dos sínodos, uno extraordinario –apenas celebrado– y otro ordinario, convocado para el próximo mes de octubre. En este contexto, he considerado oportuno que el tema de la próxima Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales tuviera como punto de referencia la familia. En efecto, la familia es el primer lugar donde aprendemos a comunicar. Volver a este momento originario nos puede ayudar, tanto a comunicar de modo más auténtico y humano, como a observar la familia desde un nuevo punto de vista.

Podemos dejarnos inspirar por el episodio evangélico de la visita de María a Isabel (cf. Lc 1,39-56). «En cuanto Isabel oyó el saludo de María, la criatura saltó en su vientre, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó a voz en grito: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!”» (vv. 41-42).

Este episodio nos muestra ante todo la comunicación como un diálogo que se entrelaza con el lenguaje del cuerpo. En efecto, la primera respuesta al saludo de María la da el niño saltando gozosamente en el vientre de Isabel. Exultar por la alegría del encuentro es, en cierto sentido, el arquetipo y el símbolo de cualquier otra comunicación que aprendemos incluso antes de venir al mundo. El seno materno que nos acoge es la primera «escuela» de comunicación, hecha de escucha y de contacto corpóreo, donde comenzamos a familiarizarnos con el mundo externo en un ambiente protegido y con el sonido tranquilizador del palpitar del corazón de la mamá. Este encuentro entre dos seres a la vez tan íntimos, aunque todavía tan extraños uno de otro, es un encuentro lleno de promesas, es nuestra primera experiencia de comunicación. Y es una experiencia que nos acomuna a todos, porque todos nosotros hemos nacido de una madre.

Después de llegar al mundo, permanecemos en un «seno», que es la familia. Un seno hecho de personas diversas en relación; la familia es el «lugar donde se aprende a convivir en la diferencia» (Exort. ap. Evangelii gaudium, 66): diferencias de géneros y de generaciones, que comunican antes que nada porque se acogen mutuamente, porque entre ellos existe un vínculo. Y cuanto más amplio es el abanico de estas relaciones y más diversas son las edades, más rico es nuestro ambiente de vida. Es el vínculo el que fundamenta la palabra, que a su vez fortalece el vínculo. Nosotros no inventamos las palabras: las podemos usar porque las hemos recibido. En la familia se aprende a hablar la lengua materna, es decir, la lengua de nuestros antepasados (cf. 2 M 7,25.27). En la familia se percibe que otros nos han precedido, y nos han puesto en condiciones de existir y de poder, también nosotros, generar vida y hacer algo bueno y hermoso. Podemos dar porque hemos recibido, y este círculo virtuoso está en el corazón de la capacidad de la familia de comunicarse y de comunicar; y, más en general, es el paradigma de toda comunicación.

La experiencia del vínculo que nos «precede» hace que la familia sea también el contexto en el que se transmite esa forma fundamental de comunicación que es la oración. Cuando la mamá y el papá acuestan para dormir a sus niños recién nacidos, a menudo los confían a Dios para que vele por ellos; y cuando los niños son un poco más mayores, recitan junto a ellos oraciones simples, recordando con afecto a otras personas: a los abuelos y otros familiares, a los enfermos y los que sufren, a todos aquellos que más necesitan de la ayuda de Dios. Así, la mayor parte de nosotros ha aprendido en la familia la dimensión religiosa de la comunicación, que en el cristianismo está impregnada de amor, el amor de Dios que se nos da y que nosotros ofrecemos a los demás.

Lo que nos hace entender en la familia lo que es verdaderamente la comunicación como descubrimiento y construcción de proximidad es la capacidad de abrazarse, sostenerse, acompañarse, descifrar las miradas y los silencios, reír y llorar juntos, entre personas que no se han elegido y que, sin embargo, son tan importantes las unas para las otras. Reducir las distancias, saliendo los unos al encuentro de los otros y acogiéndose, es motivo de gratitud y alegría: del saludo de María y del salto del niño brota la bendición de Isabel, a la que sigue el bellísimo canto del Magnificat, en el que María alaba el plan de amor de Dios sobre ella y su pueblo. De un «sí» pronunciado con fe, surgen consecuencias que van mucho más allá de nosotros mismos y se expanden por el mundo. «Visitar» comporta abrir las puertas, no encerrarse en uno mismo, salir, ir hacia el otro. También la familia está viva si respira abriéndose más allá de sí misma, y las familias que hacen esto pueden comunicar su mensaje de vida y de comunión, pueden dar consuelo y esperanza a las familias más heridas, y hacer crecer la Iglesia misma, que es familia de familias.

La familia es, más que ningún otro, el lugar en el que, viviendo juntos la cotidianidad, se experimentan los límites propios y ajenos, los pequeños y grandes problemas de la convivencia, del ponerse de acuerdo. No existe la familia perfecta, pero no hay que tener miedo a la imperfección, a la fragilidad, ni siquiera a los conflictos; hay que aprender a afrontarlos de manera constructiva. Por eso, la familia en la que, con los propios límites y pecados, todos se quieren, se convierte en una escuela de perdón. El perdón es una dinámica de comunicación: una comunicación que se desgasta, se rompe y que, mediante el arrepentimiento expresado y acogido, se puede reanudar y acrecentar. Un niño que aprende en la familia a escuchar a los demás, a hablar de modo respetuoso, expresando su propio punto de vista sin negar el de los demás, será un constructor de diálogo y reconciliación en la sociedad.

A propósito de límites y comunicación, tienen mucho que enseñarnos las familias con hijos afectados por una o más discapacidades. El déficit en el movimiento, los sentidos o el intelecto supone siempre una tentación de encerrarse; pero puede convertirse, gracias al amor de los padres, de los hermanos y de otras personas amigas, en un estímulo para abrirse, compartir, comunicar de modo inclusivo; y puede ayudar a la escuela, la parroquia, las asociaciones, a que sean más acogedoras con todos, a que no excluyan a nadie.

Además, en un mundo donde tan a menudo se maldice, se habla mal, se siembra cizaña, se contamina nuestro ambiente humano con las habladurías, la familia puede ser una escuela de comunicación como bendición. Y esto también allí donde parece que prevalece inevitablemente el odio y la violencia, cuando las familias están separadas entre ellas por muros de piedra o por los muros no menos impenetrables del prejuicio y del resentimiento, cuando parece que hay buenas razones para decir «ahora basta»; el único modo para romper la espiral del mal, para testimoniar que el bien es siempre posible, para educar a los hijos en la fraternidad, es en realidad bendecir en lugar de maldecir, visitar en vez de rechazar, acoger en lugar de combatir.

Hoy, los medios de comunicación más modernos, que son irrenunciables sobre todo para los más jóvenes, pueden tanto obstaculizar como ayudar a la comunicación en la familia y entre familias. La pueden obstaculizar si se convierten en un modo de sustraerse a la escucha, de aislarse de la presencia de los otros, de saturar cualquier momento de silencio y de espera, olvidando que «el silencio es parte integrante de la comunicación y sin él no existen palabras con densidad de contenido» (Benedicto XVI, Mensaje para la XLVI Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, 24 enero 2012). La pueden favorecer si ayudan a contar y compartir, a permanecer en contacto con quienes están lejos, a agradecer y a pedir perdón, a hacer posible una y otra vez el encuentro. Redescubriendo cotidianamente este centro vital que es el encuentro, este «inicio vivo», sabremos orientar nuestra relación con las tecnologías, en lugar de ser guiados por ellas. También en este campo, los padres son los primeros educadores. Pero no hay que dejarlos solos; la comunidad cristiana está llamada a ayudarles para vivir en el mundo de la comunicación según los criterios de la dignidad de la persona humana y del bien común.

El desafío que hoy se nos propone es, por tanto, volver a aprender a narrar, no simplemente a producir y consumir información. Esta es la dirección hacia la que nos empujan los potentes y valiosos medios de la comunicación contemporánea. La información es importante pero no basta, porque a menudo simplifica, contrapone las diferencias y las visiones distintas, invitando a ponerse de una u otra parte, en lugar de favorecer una visión de conjunto.

La familia, en conclusión, no es un campo en el que se comunican opiniones, o un terreno en el que se combaten batallas ideológicas, sino un ambiente en el que se aprende a comunicar en la proximidad y un sujeto que comunica, una «comunidad comunicante». Una comunidad que sabe acompañar, festejar y fructificar. En este sentido, es posible restablecer una mirada capaz de reconocer que la familia sigue siendo un gran recurso, y no sólo un problema o una institución en crisis. Los medios de comunicación tienden en ocasiones a presentar la familia como si fuera un modelo abstracto que hay que defender o atacar, en lugar de una realidad concreta que se ha de vivir; o como si fuera una ideología de uno contra la de algún otro, en lugar del espacio donde todos aprendemos lo que significa comunicar en el amor recibido y entregado. Narrar significa más bien comprender que nuestras vidas están entrelazadas en una trama unitaria, que las voces son múltiples y que cada una es insustituible.

La familia más hermosa, protagonista y no problema, es la que sabe comunicar, partiendo del testimonio, la belleza y la riqueza de la relación entre hombre y mujer, y entre padres e hijos. No luchamos para defender el pasado, sino que trabajamos con paciencia y confianza, en todos los ambientes en que vivimos cotidianamente, para construir el futuro.

 

Vaticano, 23 de enero de 2015

Vigilia de la fiesta de San Francisco de Sales.

Francisco

Patronal de la Parroquia Santa Rafaela María

 

 

Bajo el lema “Darlo todo por la Paz”, la comunidad de Santa Rafaela honra a su patrona. La celebración central tendrá lugar el domingo 17, con la procesión a las 17.00 y luego la misa presidida por Mons. Juan Alberto Puiggari.

Además se invita a la cena patronal que tendrá lugar el sábado 23 a partir de las 21.00.

Tercer Sínodo Arquiodiocesano

 

El próximo domingo 24 se realizará la Misa de Apertura del lll Sínodo Arquidiocesano, “Memoria, Presencia y Profecía”.

La ceremonia tendrá lugar en la Catedral Metropolitana a partir de las 16.00 horas.

 

Retiro para sinodales

En tanto, bajo la inspiración de que “Aquí estamos en tu presencia, Santo Espíritu, Señor nuestro”, la Comisión de Espiritualidad invita a los sinodales a un Retiro.

El mismo será el próximo 25 de mayo, en el Seminario de Paraná,  desde las 09,00 a las 16,00 Hs, con almuerzo (contribución voluntaria).

 El propósito es ayudar y acompañarlos en este tiempo importante al que han sido convocados.

 

Entrega de trabajos

Desde la secretaría general del Sínodo se informa que la fecha tope para la entrega de trabajos de la segunda cuestión «Parroquia e Iniciación Cristiana» ha sido pospuesta por una semana, al viernes 22 de mayo.

Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Puiggari

 

Este viernes 8 de mayo, se conmemora un nuevo aniversario de la ordenación episcopal de nuestro arzobispo, Monseñor Juan Alberto Puiggari. El 20 de febrero de 1998 el papa Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Turuzi y auxiliar de Paraná. El 8 de mayo de ese mismo año recibió la consagración episcopal en la catedral Nuestra Señora del Rosario, de Paraná, de manos de monseñor Estanislao Esteban Karlic, arzobispo de Paraná; de monseñor Luis Guillermo Eichhorn, obispo de Gualeguaychú y de monseñor Mario Antonio Cargnelo, en ese entonces obispo de Orán. Después de su ordenación episcopal continuó desempeñándose como rector del Seminario Mayor Nuestra Señora del Cenáculo.

Trasladado como obispo de Mar del Plata el 7 de junio de 2003; tomó posesión e inició su ministerio pastoral como quinto obispo de Mar del Plata el 10 de agosto de 2003. Promovido a arzobispo de Paraná por Benedicto XVI el 4 de octubre de 2010.

Patronal de la Parroquia Santo Domingo Savio

 

El pasado sábado 2 comenzó la novena de la comunidad de Santo Domingo Savio, cuya fiesta patronal será el domingo 10.

La celebración continúa hasta el sábado 9 con el rezo del Rosario y confesiones desde las 18.30 y luego a las 19.00 la misa con diferentes intenciones.

El domingo 10, a las 10.00 tendrá lugar el Acto Protocolar con la Banda de la Policía, procesión. Luego, a las 11.00, la Misa; a las 12.00 suelta de globos y media hora más tarde se compartirá el Almuerzo Patronal. Por la tarde, a las 19.00 será la Misa Comunitaria.

Patronal Nuestra Señora de Fátima

 

Este lunes 4 la comunidad de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima comenzó su Novena Patronal. Las actividades se extienden hasta el martes 12.

Todos los días de la Novena la Misa es a las 19.00 con la prédica de diferentes temas y oración por diversas realidades.

El miércoles 13, las actividades comenzarán a las 7.00 con el rezo del Santo Rosario de modo continuado hasta las 19.00, horario en el que comenzará la procesión con antorchas. Luego, tendrá lugar la santa Misa.

Además el domingo 17 se compartirá un almuerzo patronal, a partir de las 12.30.

Lanzamiento de la Colecta Anual de Cáritas

 

El jueves 7 de mayo se realizará en la Parroquia Santa Teresita el lanzamiento de la Colecta 2015. La reunión informativa será a partir de las 18:00 en el salón parroquial y a las 19:00 se realizará la celebración de la Misa en la que Mons. Juan Alberto Puiggari hará la bendición y el envío misionero. Al finalizar la Misa se entregará a cada comunidad el material de la colecta (afiches y sobres) para que comiencen la animación en sus respectivas comunidades. Además de los voluntarios de las Cáritas parroquiales y de las capillas, en esta ocasión está invitado especialmente todo el Pueblo de Dios.

 

Colecta anual de Cáritas 2015

¿Qué es la Colecta? La Colecta Anual de Cáritas es una ocasión privilegiada de encuentro solidario. La comunidad cristiana sale al encuentro de toda la sociedad para crear conciencia y promover el compromiso con los hermanos más pobres y excluidos de nuestro país. Es una oportunidad no sólo para compartir los bienes, sino también la esperanza de construir un futuro inclusivo para todos, comenzando por las acciones y el compromiso de cada uno de nosotros con el presente. ¿Cuál es el destino de la colecta? El dinero recaudado en Colecta ayudará a sostener, durante todo el año, proyectos e iniciativas de promoción humana, acompañar micro-emprendimientos productivos y de autoconsumo, brindar capacitación laboral, formación en ciudadanía, talleres de alfabetización, becas escolares y universitarias y apoyo escolar en más de 3.500 Cáritas parroquiales. Además permitirá trabajar en la prevención y atención de emergencias climáticas y con personas en situación de calle, entre otras iniciativas de asistencia, de acuerdo a la realidad de cada lugar.

Café por la Paz

Este martes 5, se realizará el segundo encuentro del Ciclo “Café por la Paz”. La actividad se desarrollará a partir de las 20.00 y contará con la presencia del Arzobispo de Paraná, Mons. Juan A. Puiggari, y el Senador Dr. Eduardo Melchiori.

El Ciclo está promovido por el Cuerpo de Graduados de la UCA y propone ser un espacio de encuentro para reflexionar sobre el diálogo y la paz como resultado del desarrollo y la justicia social.