Trámites y formularios

 

Cancillería – Trámites y formularios

Modelos de Notas o Formularios para presentar en Mesa de Entradas

 Trámite de rectificación de bautismo hecho por la parroquia

1 Solicitud de rectificación dirigida al Presbítero de la parroquia. Descargar archivo.

2 Solicitud de rectificación dirigida al al Obispo donde debe firmar el cura. Descargar archivo.

 

Trámite de reposición de bautismo hecho por la parroquia

1 Solicitud de reposición dirigida al Presbítero de la parroquia. Descargar archivo.

2 Solicitud de reposición dirigida al Obispo donde debe firmar el cura. Descargar archivo.

 

Tramite de reposición de bautismo hecho por la Cancillería (por documentación del archivo)

1 Solicitud de reposición o rectificación dirigida al Pbro. Canciller H. Quijano. Descargar archivo.

2 Solicitud de reposición dirigida al Obispo donde debe firmar el Canciller. Descargar archivo.

Tramite de rectificación de bautismo hecho por la cancillería (por documentación del archivo)

1 Solicitud de reposición o rectificación dirigida al Pbro. Canciller H. Quijano. Descargar archivo.

2 Solicitud de rectificación dirigida al Obispo donde debe firmar el Canciller. Descargar archivo.

Trámite de reposición de matrimonio hecho por la parroquia

1 Solicitud de reposición dirigida al Presbítero de la parroquia. Descargar archivo.

2 Solicitud de reposición dirigida al Obispo donde debe firmar el cura. Descargar archivo.

Tramite de reposición de matrimonio hecho por la Cancillería (por documentación del archivo)

1 Solicitud de reposición o rectificación dirigida al Pbro. Canciller H. Quijano. Descargar archivo.

2 Solicitud de reposición dirigida al Obispo donde debe firmar el Canciller. Descargar archivo.

Trámite de rectificación de matrimonio hecho por la parroquia

1 Solicitud de rectificación dirigida al Presbítero de la parroquia. Descargar archivo.

2 Solicitud de rectificación dirigida al Obispo donde debe firmar el cura. Descargar archivo.

Trámite de rectificación de matrimonio hecho por la cancillería (por documentación del archivo)

1 Solicitud de reposición o rectificación dirigida al Pbro. Canciller H. Quijano. Descargar archivo.

2 Solicitud de rectificación dirigida al Obispo donde debe firmar el Canciller. Descargar archivo.

Trámite de rectificación de confirmación hecho por la parroquia

1 Solicitud de rectificación dirigida al Presbítero de la parroquia. Descargar archivo.

2 Solicitud de rectificación dirigida al Obispo donde debe firmar el cura. Descargar archivo.

3 Solicitud de reposición dirigida al Obispo donde debe firmar el cura. Descargar archivo.

Tramite de rectificación de confirmación hecho por la cancillería

1 Solicitud de rectificación dirigida al Presbítero de la parroquia. Descargar archivo.

2 Solicitud de rectificación dirigida al Obispo donde debe firmar el cura. Descargar archivo.

 

Solicitud Admision Plena Comunion. Descargar archivo.

Solicitud de Rectificación. Descargar archivo.

Solicitud de Reposicion Acta de Bautismo. Descargar archivo.

Solicitud Re-Admision Plena Comunion. Descargar archivo.

 

Recibió Primera Comunión

 

Recibió Confirmación

Mons. Estanislao Esteban Karlic

Escudo Documentos

 

Nació en Oliva, provincia de Córdoba, el 7 de febrero de 1926, de padres croatas. Realizó sus estudios secundarios en el Colegio Montserrat de la ciudad de Córdoba. Allí recibió el premio Duarte Quirós al mejor bachiller de su promoción. Después de realizar un año de estudios de Derecho en la Universidad de Córdoba, ingresó en 1947 en el Seminario de Córdoba para ser sacerdote. En 1948 fue enviado a Roma para estudiar Filosofía y Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana. Fue ordenado sacerdote en Roma el 8 de diciembre de 1954. Entre 1955 y 1963 ejerció el ministerio y la actividad docente en Argentina, especialmente en el Seminario de Córdoba. En 1965 se doctoró en Teología en la Universidad Gregoriana de Roma. Desde entonces ejerció su ministerio en la Arquidiócesis de Córdoba y fue profesor en el Seminario de dicha diócesis, en la Facultad de Teología de Buenos Aires y en la Universidad Católica de Córdoba, además de otros institutos de formación. El 6 de junio de 1977 fue preconizado Obispo Auxiliar de Córdoba y titular de Castro. El 15 de agosto de ese mismo año fue consagrado Obispo en la Catedral de Córdoba por el Cardenal Raúl Primatesta. El 19 de enero de 1983 fue elegido Arzobispo Coadjutor de Paraná y Administrador Apostólico Sede Plena. Asumió el 20 de marzo de 1983. Al fallecer Monseñor Adolfo Tortolo el 1ro. de abril de 1986, Monseñor Karlic asumió como Arzobispo de Paraná. Cargos desempeñados en la Conferencia Episcopal Argentina: Delegado Episcopal a la III° Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Puebla (1979) Delegado al Sínodo de Obispos sobre Reconciliación y Penitencia (1983) Presidente de la Comisión Episcopal de Fe y Cultura (hasta 1990) Presidente de la Comisión Episcopal para la celebración del Gran Jubileo del Año 2000 (desde 1995) Presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Universitaria (1993-96) Miembro de la Comisión Episcopal de Catequesis (1993-96) Vicepresidente 2° del Episcopado (1987-1990) Vicepresidente 1° (1990-1996) Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (1996-1999) Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (1999-2002) Miembro de la Comisión Episcopal de Fe y Cultura (1999-2002) Presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Universitaria (2002-2005) Miembro de la Comisión Episcopal de Fe y Cultura (2002-2005) Designaciones y cargos de la Santa Sede Miembro del Comité de Redacción del Catecismo de la Iglesia Católica (1987-1992) Consejero de la Pontificia Comisión Pro América Latina 1989-2000 Expositor designado por el Santo Padre en la IV Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Santo Domingo (1992) Presidente de la Comisión Episcopal del Pontificio Colegio Pío Latinoamericano de Roma (1992-1994), continúa como miembro de dicha Comisión. En 1997 el Papa Juan Pablo II lo designó Secretario Especial para la Asamblea Especial de Obispos del Sínodo para América. Miembro de la Comisión Post-sinodal. Miembro del Sínodo Permanente para los Obispos, organismo de la Santa Sede. Como Presidente del Episcopado participó en el Sínodo de los Obispos que tuvo como tema especial El episcopado, en octubre de 2001. El 29 de abril de 2003 el Santo Padre aceptó su renuncia al gobierno de la Arquidiócesis de Paraná, conforme a lo establecido por el Derecho Canónico en vigencia, y designó como su sucesor a S.E. Monseñor Mario Luis Bautista Maulión. En mayo de 2004 fue declarado Doctor Honoris Causa por la Universidad Católica Argentina “Santa María de los Buenos Aires”. Presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Universitaria en el período 2002-2005. Miembro de la Comisión Episcopal de Fe y Cultura – 2005-2008. Miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Universitaria – 2005-2008 En mayo de 2007 fue invitado por el Presidente del CELAM a abrir la V° Conferencia del Episcopado Latinoamericano que tuvo lugar en Aparecida, Brasil, con una meditación para todos los participantes. El 17 de octubre de 2007 el Santo Padre, Benedicto XVI, anunció en el curso de la audiencia general, su creación como Cardenal en el Consistorio Ordinario Público del 24 de noviembre de 2007.

Monseñor Adolfo Servando Tortolo

 

 

Nació en la ciudad de 9 de Julio, Pcia. de Bs. As., el 10 de Noviembre de 1911. Cursó sus estudios eclesiásticos en el recién fundado Seminario San José, de La Plata. Formó parte del primer grupo de alumnos al inaugurarse el nuevo edificio, en forma provisoria, a la sombra de la Basílica de Nuestra Señora de Lujan, en el año 1923. En 1925 los seminaristas fueron trasladados al Seminario de la Plata, una vez terminada la parte que entonces se inauguró. Fue ordenado sacerdote cuando tenía sólo 23 años de edad, el 21 de diciembre de 1934, en la Iglesia del Seminario de La Plata. Celebró su primera Misa en el templo parroquial de 9 de Julio el 23 del mismo mes. Su primer destino fue el de Vicario Cooperador de la Parroquia de Chacabuco, pasando luego a la de San Ignacio, de Junín. Donde se desempeñó durante cuatro años, puestos en los cuales mostró su profunda y sólida formación espiritual, doctrinal y pastoral. En 1941 pasó a ejercer el ministerio en la Curia del Obispado de Mercedes, sonde desempeñó la notaría Mayor Eclesiástica, la Secretaría General del Obispado y desde 1945 fue provisor y Vicario General. Fue también asesor de la A.J.A.C, de la A.M.A.C. y de la Junta central de la A.C.A. Debido a su descollante actuación en esta primera etapa de su vida sacerdotal, recibió el título de Prelado Doméstico de Su Santidad. El 9 de junio de 1956 fue preconizado por el Papa Pio XII como Obispo Titular de Ceciri y Auxiliar de Paraná. Recibió la Consagración Episcopal el domingo 12 de Agosto de 1956, en la Basílica de Ntra. Sra. de Luján, a las 10:00 hs. Fue Consagrante principal Mons. Zenobio L. Guilland, Arzobispo de Paraná y su antiguo rector en el Seminario de La Plata. Fueron Obispos asistentes Mons. Anunciado Serafín y Antonio Plaza. Se destacó como Obispo Auxiliar por la Gran Misión que se realizó en Paraná en 1960, puesta bajo su dirección, que llevó la Palabra de Dios a todos los sectores y Barrios de Paraná. El 11 de febrero de 1960 el Papa Juan XXIII lo trasladó a la Sede residencial de Catamarca. Tomó posesión de la misma el 30 de abril del mismo año. En los dos años que permaneció en dicha sede, supo granjearse el amor del pueblo catamarqueño, llegando en sus giras pastorales, a veces en lomo de burro, hasta los lugares más recónditos de la diócesis y de la cordillera andina. El 6 de septiembre de 1962 el mismo Papa Juan XXIII lo promueve al Arzobispado de Paraná, del que tomó posesión el 5 de enero de 1963. Fue Padre Conciliar del Concilio Vaticano II, al que asistió y participó en todas sus sesiones entre los años 1962 y 1965. Fue también Padre Sinodal en los cuatro primeros sínodos convocados por el Papa Pablo VI. Cuando en 1970 el Episcopado Argentino tiene que elegir a quien sucederá al Cardenal Antonio Caggiano como Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, los Obispos eligen a Mons. Tortolo, quien tres años después resulta reelecto por un nuevo período. El 8 de Diciembre de 1973, luego de una intensa preparación espiritual, se llevó a cabo la Coronación Pontificia de la Santísima Virgen del Rosario, por su Emcia. el Cardenal Antonio Caggiano (ver diálogo con los fieles) En julio de 1975 fue nombrado por el Papa Vicario General Castrense de las Fuerzas Armadas. Sus preocupaciones como Pastor de la Arquidiócesis de Paraná fueron siempre la catequesis, la Eucaristía, la Santísima Virgen María, los sacerdotes y el Seminario. Mons. Tortolo fue un auténtico evangelizador: sus cartas y mensajes pastorales, sus escritos y predicaciones, estuvieron siempre marcados por una doctrina clara, segura y orientadora. Tenía, además, una habilidad admirable para hacerse comprender por distintas clases de gente, adaptando a ellas el nivel de su predicación. Su celo apostólico le hizo recorrer varias veces el territorio de la Arquidiócesis. Su episcopado se desarrolló en medio de dos grandes crisis: la crisis post-conciliar en la Iglesia, y la crisis política que sacudió el país, ensangrentándolo, durante el accionar de la guerrilla y la posterior reacción militar. En la primera, sobresalieron su fidelidad al Papa y su firme postura doctrinal. Sufrió mucho, pero no se dobló ni se quebró, y fue un firme sostén, maestro, guía y ejemplo para muchos, con su fidelidad inquebrantable a la doctrina ortodoxa y tradicional de la Iglesia, en momentos en que “el humo de Satanás había penetrado en los muros de la Iglesia”, en palabras del Papa Pablo VI. Ayudó a numerosos sacerdotes vacilantes y a laicos desorientados, y se desvivió por su Seminario, asolado por enemigos exteriores e interiores. Hasta que, con sobrehumano esfuerzo, logró transformarlo en un baluarte de la sana doctrina, del que salieron numerosas generaciones de sacerdotes ejemplares. Esta última obra mereció el elogio de Juan Pablo II quien, refiriéndose al Seminario de Paraná, empleó la expresión “Aureo Seminario” Con respecto a la crisis política, solo los que lo trataron muy de cerca saben de sus angustias y de todo el silencioso bien que hizo. Tenía influencia y prestigio en las Fuerzas Armadas, y los empleó, mitigando excesos, curando heridas, orientando como Pastor. Por esto no siempre fue bien comprendido, incluso fue atacado. Los que lo conocieron bien de cerca saben que hizo lo humanamente posible, y tal vez un poco más. La síntesis de la vida de Mons. Tortolo fue escrita nada menos que por Juan Pablo II quien, al enviarle una carta con motivo de sus bodas de oro sacerdotales, le dijo: “En realidad, las muchas obras realizadas que sería largo enumerar, donde quiera hayas ejercido el ministerio, ¿qué muestran sino que tú has sido “varón de Dios”, “hombre de la Iglesia”, por la santidad de tu vida, la experiencia pastoral, el sentido eclesial, insigne por tus dotes y celo apostólico, preocupado por las necesidades del Pueblo de Dios, por la formación del clero, por el progreso en los estudios, del régimen del Seminario Mayor y Menor, del apostolado de los laicos y del incremento de las escuelas católicas”? Monseñor Adolfo Servando Tortolo, enfermo en los últimos años de su vida, sobrellevó con extraordinaria fortaleza su Cruz, y falleció en Buenos Aires el 1° de Abril de 1986, a los 75 años de edad. Fue enterrado en la Catedral de Paraná, a los pies del Altar de la Virgen, su gran Amor.

Mons. Zenobio Lorenzo Guilland

 

Elevada a Arquidiócesis, Pío XI designó, el 18 de setiembre de 1934, a Mons. Zenobio Lorenzo Guilland, primer arzobispo, sexto diocesano, de esta sede. Fue consagrado el 3 de marzo de 1935 y tomó posesión el 23 de ese mismo mes. Falleció el 12 de febrero de 1962.

Mons. Julián Pedro Martínez

 

Quinto obispo de Paraná fue Mons. Julián Pedro Martínez, elegido por Pío XI el 7 de julio de 1927. El 28 de julio de 1934 renunció a su cargo. Murió el 26 de junio de 1966.

Mons. Abel Bazán y Bustos

 

El cuarto obispo fue Mons. Abel Bazán y Bustos, elegido por San Pío X el 7 de febrero de 1910 y consagrado el 8 de mayo siguiente. El 15 de ese mes tomó posesión de la sede. Murió el 25 de abril de 1926.

Mons. Rosendo de la Lastra y Gordillo

 

Mons. Rosendo de la Lastra y Gordillo, siendo obispo auxiliar de Córdoba, León XIII lo trasladó a la sede de Paraná el 25 de marzo de 1898. Tomó posesión como tercer obispo de Paraná el 28 de mayo del mismo año. Falleció el 3 de julio de 1909.

Mons. José María Gelabert y Crespo

El 27 de marzo de 1865, Pío IX eligió al segundo obispo de esta sede: Mons. José María Gelabert y Crespo. Tras su consagración episcopal ocurrida el 23 de agosto de ese año, asumió el 1º de octubre siguiente. Murió el 23 de noviembre de 1897.

Devoción del Santo Rosario

 

La práctica de rezar ayudados con un rosario de cuentas o algo semejante es muy antigua en la Iglesia y también fuera de ella. Este instrumento, tan común en nuestra piedad, es de origen desconocido. En otras civilizaciones y culturas con tradiciones diferentes, también existe, incluso desde antes de Cristo. Es, se puede decir, algo semejante al llamado que universalmente siente la gente ante el sonido de una campana, más allá de la cultura a la que pertenezca o fe que profese.

En la Iglesia latina comenzó a utilizarse como rosario de Pater Noster  (Padrenuestro). Hacia fines del siglo X se había constituido y difundido la práctica de rezar la llamada oración Dominical (Padrenuestro) cierto número de veces todas seguidas. Tuvo origen con bastante probabilidad en los monasterios benedictinos, donde siempre había un buen número de monjes iletrados, llamados también Hermanos conversos, Hermanos legos, incapaces de aprender de memoria o seguir con la lectura el Salterio para el oficio coral. San Benito había efectivamente abierto las puertas de los monasterios a quienquiera que quisiese consagrarse al servicio divino y había también acogido a godos bárbaros. En vez del oficio, se impuso muy pronto a estos monjes la recitación de Padrenuestros. Especialmente con ocasión de plegarias por los difuntos, en vez del Salterio de 150 salmos o de una tercera parte (50 salmos), recibían el encargo, más fácil, de rezar 150 Padrenuestros. No sabemos a qué época se remonta este uso. En las antiguas costumbres de Cluny (abadía benedictina fundada  a comienzos del siglo X en Francia) se atestigua ya, que por la muerte de un monje de otro monasterio cada monje sacerdote debía celebrar la misa y los otros rezar ó 50 salmos ó 50 Padrenuestros. Como era difícil llevar la cuenta de los Padrenuestros rezados se trataba de ayudarse lo mejor que se pueda. Algunos ermitaños usaban piedritas. Más tarde se encontró que era más cómodo utilizar granos gruesos ensartados en un cordón o nudos hechos sobre el mismo cordón.

Es muy sabido que fuera de la Iglesia latina también los monjes griegos usan un rosario con cuerdecilla con cien nudos para contar las genuflexiones y señales de la cruz; los mahometanos tienen sebhah o tasbih, cinta con 33 o 66 o 99 bolitas, correspondientes al número de los epítetos de Dios, y ya en su tiempo (s. XVI), San Francisco Javier se admiró de encontrar objetos y devocionarios semejantes entre los budistas del Japón.

El testimonio explícito de rosario de cuentas, pero de Padrenuestros, fuera de un monasterio, proviene de Inglaterra y es anterior a la primera cruzado (fines del siglo XI).  Más tarde se dividirán los Salterios y las coronas de Padrenuestros en partes de 50 (también los grandes salterios monásticos tienen muchas veces en el primero, en el 50 y en el 100 salmo una señal de división) y ulteriormente en decenas.

En el siglo XII (1150, o poco antes, época en que el Avemaría se extendió rápidamente como oración privada, siendo puesta como antífona en el Oficio Parvo de Nuestra Señora) surgió la práctica de rezar con cordones de Padrenuestros también el Avemaría: 150 ó 50, como para la oración de Padrenuestros; de esta manera surgió el primer Rosario en honor de Nuestra Señora, en el sentido moderno de la palabra. El siglo XII nos brinda muchos testimonios de esta nueva devoción a la Virgen. Casi siempre, cada Avemaría era acompañada por una genuflexión, lo cual todavía un siglo después era atestiguado por San Luis, Rey de Francia.

Todo esto es anterior a Santo Domingo, fundador de la Orden de los Predicadores o también llamados Padres Dominicos (comienzos del siglo XIII), quién según una tradición recibió en una visión el encargo de la Virgen de difundir esta devoción.

Durante algunos siglos, el modo de rezar del Rosario estuvo bastante fluctuante y a merced de la decisión y del capricho personal. Más tarde se introducen los cinco Padrenuestros para dividir las 50 Avemarías en décadas. Únicamente a mediados del siglo XVI comenzó a prevalecer un método uniforme, gracias a la predicación de los Padres dominicos quienes, por otra parte, fueron los que en aquellos siglos iniciales difundieron esta devoción mariana.

El Santo Rosario contó también siempre con el favor generoso y constante de los Papas difundiéndola y también enriqueciéndola con indulgencias hasta llegar a Juan Pablo II que con el documento el Rosario de la Virgen con motivo del año dedicado al Santo Rosario se publicó en el año 2002 lo enriqueció con su magisterio y con los Misterios Luminosos que desde entonces integran esta oración.

Monseñor Mario Luis Bautista Maulión

Monseñor Mario Luis Bautista Maulión

Escudo – Homilías

Nació en Carcarañá, provincia de Santa Fe,el 4 de diciembre de 1934; fue ordenado sacerdote el 11 de junio de 1960; elegido obispo titular de Febiana y auxiliar de Rosario el 21 de marzo de 1986; recibió la ordenación episcopal el 23 de mayo de 1986; trasladado como obispo de San Nicolás de los Arroyos el 8 de mayo de 1995; tomó posesión de esa sede el9 de julio de 1995; promovido como arzobispo de Paraná el 29 de abril de 2003; tomó posesión el 9 de julio de 2003.

El 4 de noviembre de 2010 el Santo Padre aceptó aceptó su renuncia al gobierno de la Arquidiócesis de Paraná, conforme a lo establecido por el Derecho Canónico en vigencia, y designó como su sucesor a S.E. Mons. Juan Alberto Puiggari.

En la Conferencia Episcopal Argentina presidió la Comisión Episcopal de Comunicación Social; fue miembro de la Comisión Permanente y la Comisión Episcopal de Educación Católica.