El Palacio episcopal de Paraná, era la residencia privada del arzobispo y lugar de funcionamiento de la curia diocesana. Construido entre 1889 y 1898, su primer obispo residente fue Mons. Rosendo De la Lastra y Gordillo (1898-1909). En él se realizaban todas las actividades oficiales en las que el prelado paranaense oficiaba de anfitrión, sobre todo en el amplio hall de recepción de la planta baja, al que se accedía a través de la escalinata del ingreso principal. En la planta alta, el gran salón que da sobre la actual calle S.S. Francisco, estaba destinado a las recepciones oficiales, y contiguo a él, un pequeño oratorio servía de capilla privada. El 9 de octubre de 1906, con motivo de las bodas de plata sacerdotales del obispo (1881) la Comisión diocesana encargada del agasajo obsequió al obispo un altar gótico de madera dedicado a la Virgen Asunta. Dicho altar fue sustituido en 1935, cuando la Junta Arquidiocesana de Acción Católica (A.C.A.) decidió regalar al primer Arzobispo, Mons. Zenobio Guilland con motivo de su llegada a la Arquidiócesis, un nuevo altar de mármol con su escudo episcopal, que es el actualmente existente en dicho oratorio.


