
Querida comunidad diocesana
Comenzando la Novena de Pentecostés y en espera gozosa de la gracia del Espíritu Santo quiero llegar a Uds con la seguridad de que Dios sigue pasando por nuestras vidas.
En estos días experimentamos concretamente el amor de Dios Padre en el don de un nuevo Obispo para nuestra querida Iglesia de Paraná.
Quiero invitarlos a que todos vivamos la llegada de Mons. Raúl Martín como un verdadero “kairós”, como un tiempo especial de Gracia en el cual Dios Padre nos sigue bendiciendo.
A Uds sacerdotes y diáconos que sostienen y guían la vida de las Comunidades los invito a que reaviven el don recibido y que animen al Pueblo de Dios a rezar por el nuevo Pastor.
A Uds consagrados, que con sus vidas son un signo de la presencia de Dios, les pido que con su oración y entrega silenciosa imploren a Dios Padre para que Él bendiga al nuevo Pastor y a la Comunidad Diocesana.
A Uds, queridos laicos, que hacen presente al Dios Vivo en las realidades cotidianas y sostienen con alegría y entrega la evangelización, los aliento a renovar la alegría del Evangelio y el deseo de seguir trabajando con sus pastores por la extensión del Reino.
Que este Pentecostés nos encuentre como a la primera comunidad cristiana: unidos en oración y en torno a María Santísima implorando la venida del Espíritu que éste nos renueve y nos impulse con entusiasmo para anunciar a su Hijo.
Madre del Rosario
“Santifica y fortalece a Monseñor Raúl Martin, enciende en su corazón un fuego que jamás se extinga.
Y a nosotros, Pueblo de Dios, únenos a Ti en la tierra y llévanos contigo al Cielo”.
Monseñor Juan Alberto Puiggari
Administrador Apostólico