La indulgencia es una manifestación concreta de la misericordia de Dios, que supera los límites de la justicia humana y los transforma. Este tesoro de gracia se hizo historia en Jesús y en los santos: viendo estos ejemplos, y viviendo en comunión con ellos, la esperanza del perdón y del propio camino de santidad se fortalece y se convierte en una certeza. La indulgencia permite liberar el propio corazón del peso del pecado, para poder ofrecer con plena libertad la reparación debida.
Concretamente, esta experiencia de misericordia pasa a través de algunas acciones espirituales que son indicadas por el Papa. Aquellos que, por enfermedad u otra causa, no puedan realizar la peregrinación están invitados, de todos modos, a tomar parte del movimiento espiritual que acompaña a este Año, ofreciendo su sufrimiento y su vida cotidiana y participando en la celebración eucarística.
ACCIONES ENRIQUECIDAS CON EL DON DE LA INDULGENCIA PLENARIA DURANTE EL JUBILEO 2025
- Peregrinaciones a los lugares sagrados jubilares
(culminando en ellos con alguna celebración litúrgica o de piedad popular. Ejm.
Santa Misa, Celebración de la Palabra de Dios, Liturgia de las Horas, Vía Crucis,
Santo Rosario, Himno del Akathistos, Celebración Penitencial con confesión
sacramental).
- Visitas a los lugares sagrados jubilares
(realizando allí, durante un tiempo adecuado, Adoración eucarística y meditación,
concluyendo con la recitación del Padre Nuestro, del Credo y de invocaciones a
la Bienaventurada Virgen María, pidiendo poder experimentar su cercanía).
- Ofrecimiento de los sufrimientos y dificultades de la propia vida
por parte de los enfermos, de los reclusos, de quienes los atienden.
(recitando donde puedan – casa, capilla de monasterio, de hospital o de cárcel –
el Padre Nuestro, el Credo y otras oraciones conforme a las finalidades del Año
Santo)
- Obras de misericordia
(corporales y espirituales)
- Viviendo penitencialmente el día viernes
(ayuno – oración – limosna)