En una jornada llena de fe y compromiso social, el sábado 2 se desarrolló una misión en los barrios populares de Humito y San Martín. Esta iniciativa contó con la presencia de Monseñor Juan Alberto, quien bendijo a los niños y las casas de la comunidad. Además, se celebró un aniversario especial, los 20 años de servicio del apostolado Madre Teresa.

La misión tuvo como objetivo principal llevar esperanza y apoyo a las personas que residen en estos barrios. Durante toda la jornada, se realizaron una serie de actividades en las que participaron voluntarios y miembros de la comunidad.

La bendición a los niños fue uno de los momentos más emotivos de la jornada. El Obispo, transmitió a los pequeños la importancia de la fe y la solidaridad. Cada uno de ellos recibió una bendición, fortaleciendo su espíritu y su confianza ante los desafíos que la vida les pueda presentar. Además, las casas de los habitantes de estos barrios fueron bendecidas, llevando la protección de Dios y la esperanza a cada hogar.

Veinte años del apostolado

En el marco de los 20 años del apostolado Madre Teresa, se realizó una celebración Eucarística para conmemorar el inquebrantable servicio que este grupo ha brindado a lo largo de dos décadas. Durante este tiempo, el apostolado ha sido un faro de esperanza, brindando apoyo material y espiritual a las comunidades más vulnerables.

La misión en Barrio Humito y San Martín fue un testimonio de la importancia de la solidaridad y el trabajo conjunto en pos del bienestar de todos los ciudadanos. La presencia del Obispo y la bendición a los niños y las casas no solo fortalecieron la fe de la comunidad, sino que también dejaron una huella de amor y compasión en los corazones de todos los presentes.

La celebración de los 20 años del apostolado Madre Teresa fue una oportunidad para agradecer a todos aquellos que han formado parte de este hermoso proyecto, así como para reafirmar el compromiso de seguir llevando ayuda y esperanza a quienes más lo necesitan.

Esta misión en los barrios populares de Humito y San Martín fue un ejemplo tangible de que la fe y el servicio pueden transformar vidas, brindando un rayo de esperanza en medio de las dificultades. Que estas acciones inspiren a más personas a unirse en la construcción de un mundo más justo y solidario.