Después de la inauguración oficial de la Primera Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe que se dio en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en México, este lunes 22 de noviembre, se dio inicio a las reflexiones, trabajos en grupos, momentos de oración y testimonios de los participantes en este evento eclesial.

Con la “Oración de la mañana” de este lunes 22 se dio inicio a las reflexiones, trabajos en grupos, momentos de oración y testimonios de los participantes en la Primera Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe.

Los saludos del Presidente del CELAM, el Presidente de la Comisión para América Latina y el Presidente del Episcopado Mexicano dieron la bienvenida a los participantes. “Esta Asamblea debe estar junto al pueblo”, decía Monseñor Miguel Cabrejos, recordando las palabras del Papa Francisco el 24 de enero de este año, cuando la Asamblea fue presentada. El Arzobispo de Trujillo recordaba que Aparecida “nos llama a todos a ser discípulos misioneros, y a pasar de una ‘pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera’”. Por ello pedía que “sea una escuela de sinodalidad”.

Por su parte, el Cardenal Marc Oullet ha pedido “que el Espíritu del Señor presente en medio de nosotros nos ayude a discernir juntos cómo reactivar el espíritu misionero que el Papa Francisco nos transmite con su ejemplo y su magisterio”. Para el purpurado canadiense, “la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe es una de las variadas formas cómo la Iglesia reaprende a escuchar y a discernir”, llamando a la comunión eclesial profunda para poder vivir la misión de verdad.

Asimismo, Monseñor Rogelio Cabrera agradeció efusivamente que la Asamblea Eclesial se esté celebrando a los pies de la patrona del continente, definiendo a los asambleístas como huéspedes a los que acoge como ángeles y emisarios de buenas noticias para México. El Arzobispo de Monterrey insistió en que la presencia de cada asambleísta es un signo de la unión que México tiene con el Papa Francisco.