La Iglesia instituyó el 2 de noviembre para la oración por aquellas almas que han dejado la tierra y aún no llegan al cielo. Esta fecha responde a una larga tradición de fe en la Iglesia: orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrena.

Cada 2 de noviembre, día que se conmemora a los Fieles Difuntos, miles de personas en todo el mundo visitan las tumbas de sus seres queridos y la Iglesia eleva oraciones y ofrece sacrificios por su eterno descanso.