En ocasión del séptimo aniversario de la beatificación de Chiara Luce Badano, se convoca a jóvenes y familias para compartir una tarde en torno a su propuesta de vida. La actividad, convocada bajo la llamada «Una vida entre el cielo y la tierra», está prevista para este sábado 28 a partir de las 16.00. Comenzará con una mateada, momentos de intercambio a la luz de su mensaje y aspectos de su historia, culminando con la Misa a las 19.30.
El encuentro, al que invita el Movimiento de Focolares, se desarrollará en el Centro Mariápolis El Salvador, sito en Barrio El Brete (Acceso Norte y Shell) de Paraná.
Este año recorreremos algunos aspectos de la vida de la beata, basados en su deseo de ser azafata, descubriendo cómo vivió algunas de sus metas, dejando que su invitación de apuntar alto llegue hasta nosotros.
Entrada libre. No se suspende por lluvia.

Para facilitar el traslado de ida y de regreso, habrá autos disponibles para llevar a quienes necesiten a las 15.30 hs en calle Almirante Brown -entre Brasil y Soler-. Los autos estarán identificados con la foto de Chiara Luce
Además la línea 22 Parque Industrial (ERSA), también se acerca al Centro Mariápolis.

Teléfonos de contacto: Centro Mariápolis: 0343-4216086/ 0343-154193060

Sobre Chiara

Chiara Badano nace en Sassello (Savona, Italia), el 29 de octubre de 1971, después de 11 años de espera de parte de sus padres. Crece en una familia sencilla que la educa en la fe. Rica de dotes naturales, deportista, tiene muchos amigos que la consideran normal y extraordinaria al mismo tiempo. En 1981 junto su familia conoce el Movimiento de los Focolares, fundado por Chiara Lubich, donde descubre a Dios como Amor, que se convierte en el ideal de su vida. Se compromete a cumplir en cada instante, por amor, Su Voluntad. Cultiva la amistad con Jesús, a quien reconoce presente en el prójimo; ama con predilección a los pequeños, a los humildes y a los pobres, entre los cuales se encuentran los niños de África, lugar donde sueña trasladarse como médico. Un día tomó una decisión: «no quiero ni debo permanecer analfabeta ante un mensaje tan extraordinario.» Se refería al Evangelio.
A los 17 años, afectada por un tumor óseo, enfrenta la enfermedad confiando en el amor de Dios. Ante el sufrimiento repite: «Si lo quieres tú, Jesús, yo también lo quiero». A quien se le acerca, le comunica serenidad, paz y alegría. «Chiara Luce» lanza un mensaje a sus coetáneos: «Los jóvenes son el futuro. Yo no puedo correr más, pero quisiera pasarles la antorcha, como en las Olimpíadas. Tienen una vida sola y vale la pena gastarla bien».
El 7 de octubre de 1990 saluda a la mamá por última vez diciéndole: « ¡Tienes que ser feliz, yo lo soy!».Había pensado en todo: los cantos para su funeral, las flores, el peinado, el vestido, que había deseado de color blanco, de novia, con una recomendación: «Mamá, mientras me preparas deberás repetir siempre: ahora Chiara Luce ve a Jesús.»