“Les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor” (Lc 2,10-11)
Hoy resuena de modo nuevo en nuestros corazones el anuncio del Ángel a los pastores y el gozo de la presencia de Dios entre nosotros envuelve nuestras vidas. En esta navidad abramos las puertas de nuestros hogares al Salvador que nace en Belén y viene a salvarnos, para que la Buena noticia de Dios y la alegría de su cercanía reaviven la esperanza en la certeza de su Amor.
Amor que queremos hacer concreto en gestos de fe, que nos lleven a ver al niño Dios en el rostro de los más pobres, indefensos y marginados por nuestra sociedad hoy.
Que en estos días al detenernos en el pesebre y contemplar al niño envuelto en pañales, la ternura de la Madre y la presencia paterna de José, nos ayuden a vivir el misterio de la Navidad y podamos acercarle al niño de Belén todas nuestras intenciones.