Desde hace muchos años la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) ha propuesto dedicar el mes de septiembre a leer y venerar, de manera especial, las Sagradas Escrituras.
“Dios nos ha hablado, ya no es el gran desconocido, sino que se ha mostrado” nos decía el Papa Benedicto XVI, y sigue hablándonos.
La lectura orante de la Biblia (Lectio Divina) es un sencillo camino o método que busca descubrir en ella la Palabra de Dios y favorecer el encuentro transformante y vivificante con el Señor.
“Creemos que la Biblia está inspirada por Dios y que el Espíritu Santo asiste a quienes acuden a ella en busca de su Palabra. A través de la lectura orante la Sagrada Escritura se actualiza, se convierte en vida y favorece el diálogo amigable con el Señor.”El Espíritu de Dios se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios (…); viene en ayuda de nuestra debilidad porque no sabemos orar como es debido” (Rom.8, 16.26). Y actúa en nuestros corazones para que leamos e interpretemos la Biblia como dirigida a nosotros hoy”, se indicó desde el espacio de Animación Bíblica de la diócesis.
Los pasos de la lectura orante de la Biblia
La lectura orante de la Biblia tiene pasos que son como escalones por donde se asciende a la presencia de Dios para descubrir su voluntad y poder ponerla en práctica.
Una vez que se ha buscado en la Biblia el texto con el que se va a orar, se invoca la asistencia del Espíritu Santo. El mismo que inspiró a los autores sagrados es el que ahora actúa en el creyente animándolo para que lea, aplique y actualice la Palabra en su vida.
Primer paso: Lectura (¿Qué dice el texto?)
Se lee el texto de manera pausada. Luego de un instante de silencio se repite la lectura tratando de hacer una composición de lugar, personajes, acciones, etc.
En este paso es Dios el que habla.
Segundo paso: Meditación (¿Qué “me” o “nos” dice el texto?)
Es el momento de apropiarse del texto y redireccionar las preguntas. No se trata de meditar en la totalidad de lo leído, sino en identificar los que hoy impacta al orante. Así irá vislumbrando lo que Dios le está diciendo a él particularmente. Es el momento de confrontar con la Palabra de Dios la propia vida.
En este paso Dios “me” o “nos” habla.
Tercer paso: Oración (¿Qué “le” digo a Dios a partir del texto?)
Es el momento de responder a Dios que tomó la iniciativa de comunicarse. La oración es la primera respuesta que se da a Dios en la lectura orante.
Cuarto paso: Acción
El desafío de llevar la Palabra a la vida, convertirse a Dios. Se trata de llevar a la vida concreta lo que Dios ha revelado por la lectura y la meditación, lo que se ha orado e interiorizado.