Más de 300. 000 fieles se despidieron el pasado domingo de Tucumán en la misa de clausura del XI Congreso Eucarístico de Tucumán, que fue presidida por el enviado papal, cardenal Giovanni Battista Re y concelebrada por los más de 130 obispos del país y países limítrofes, que tuvo lugar en el hipódromo local. En la celebración estuvieron presentes también el presidente, Mauricio Macri; la vicepresidenta Gabriela Michetti; el gobernador de Tucumán, Juan Manzur y un gran número de funcionarios nacionales y locales.
El Cardenal Re, en su homilía, recordó que “la Eucaristía es el gran motor de la vida cristiana” y aseguró que “ella es un aliciente para reconstruir el tejido cristiano de la sociedad y punto de partida para la tan deseada nueva evangelización”.
Antes de comenzar la misa, mientras los fieles entonaban el himno del Congreso Eucarístico, llegaron en procesión imágenes religiosas que se veneran en el noroeste argentino, además de Nuestra Señora de Luján, patrona de la nación.
Ante la multitud de fieles, el enviado papal saludó a las autoridades en nombre del papa Francisco y deseó “todo bien a cuantos viven en esta amada nación, de profundas raíces cristianas y fuertemente encaminada, con esperanza, hacia el futuro”.
Luego, antes de terminar la misa, el presidente de la Nación, Mauricio Macri, saludó a los presentes y llamó a vencer la corrupción y la pobreza; como a defender la vida desde la concepción.
Desde la Arquidiócesis participó una delegación compuesta por laicos, seminaristas, sacerdotes junto a nuestro arzobispo.