
Con el Miércoles de Ceniza -este año, 10 de febrero- la Iglesia marca el inicio de la Cuaresma, tiempo de preparación a la Pascua que termina el Jueves Santo después de mediodía, recordándonos a los cristianos que somos creaturas, que esta vida es tan sólo una preparación y que nuestro verdadero destino es llegar a Dios en la vida eterna.
Al momento de la imposición de la ceniza sobre nuestras cabezas, el sacerdote nos acerca las palabras del Génesis, después del pecado original: «Recuerda, que eres polvo y al polvo volverás», que recuerdan a los fieles tres verdades fundamentales: su nada, su condición de pecadores y la realidad de la muerte.
El Miércoles de Ceniza es un llamado a guardar ayuno, a la abstención de de comer carne y se recomienda participar en la liturgia de la imposición de la ceniza.