Esta fiesta responde a una larga tradición de fe en la Iglesia: orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrena y que se encuentran aún en estado de purificación en el Purgatorio.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos recuerda que los que mueren en gracia y amistad de Dios pero no perfectamente purificados, pasan después de su muerte por un proceso de purificación, para obtener la completa hermosura de su alma.
En todas las iglesias de nuestra arquidiocesis puede lucrarse una indulgencia plenaria aplicable únicamente a los difuntos, llevando adelante las siguientes obras prescritas: visita de la iglesia o un cementerio, Padre Nuestros, rezo del Credo, confesión sacramental.
¿Que son las Indulgencias?
De acuerdo con el Catecismo de la Iglesia Católica, una indulgencia es “la remisión ante Dios de la pena temporal correspondiente a pecados que han sido perdonados. Un miembro de la fe cristiana propiamente dispuesto, puede obtener una indulgencia bajo condiciones prescritas a través de la Iglesia, la cual, como ministro de la redención, dispensa y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y los santos. Una indulgencia es parcial, si quita parte del castigo temporal por el pecado, o plenaria, si quita todo el castigo.”