La libertad religiosa, camino para la paz

15. El mundo tiene necesidad de Dios. Tiene necesidad de valores éticos y espirituales, universales y compartidos, y la religión puede contribuir de manera preciosa a su búsqueda, para la construcción de un orden social justo y pacífico, a nivel nacional e internacional.

La paz es un don de Dios y al mismo tiempo un proyecto que realizar, pero que nunca se cumplirá totalmente. Una sociedad reconciliada con Dios está más cerca de la paz, que no es la simple ausencia de la guerra, ni el mero fruto del predominio militar o económico, ni mucho menos de astucias engañosas o de hábiles manipulaciones. La paz, por el contrario, es el resultado de un proceso de purificación y elevación cultural, moral y espiritual de cada persona y cada pueblo, en el que la dignidad humana es respetada plenamente. Invito a todos los que desean ser constructores de paz, y sobre todo a los jóvenes, a escuchar la propia voz interior, para encontrar en Dios referencia segura para la conquista de una auténtica libertad, la fuerza inagotable para orientar el mundo con un espíritu nuevo, capaz de no repetir los errores del pasado. Como enseña el Siervo de Dios Pablo VI, a cuya sabiduría y clarividencia se debe la institución de la Jornada Mundial de la Paz: «Ante todo, hay que dar a la Paz otras armas que no sean las destinadas a matar y a exterminar a la humanidad. Son necesarias, sobre todo, las armas morales, que den fuerza y prestigio al derecho internacional; primeramente, la de observar los pactos»18 . La libertad religiosa es un arma auténtica de la paz, con una misión histórica y profética. En efecto, ella valoriza y hace fructificar las más profundas cualidades y potencialidades de la persona humana, capaces de cambiar y mejorar el mundo. Ella permite alimentar la esperanza en un futuro de justicia y paz, también ante las graves injusticias y miserias materiales y morales. Que todos los hombres y las sociedades, en todos los ámbitos y ángulos de la Tierra, puedan experimentar pronto la libertad religiosa, camino para la paz.

Vaticano, 8 de diciembre de 2010

 

BENEDICTUS PP XVI

1 Cfr Benedicto XVI, Carta enc. Caritas in veritate, 29.55-57.

2 Cfr Conc. Ecum. Vat. II, Declaración sobre la libertad religiosa  Dignitatis humanae, 2.

3 Cfr Benedicto XVI, Carta enc. Caritas in veritate, 78.

4 Cfr Conc. Ecum. Vat. II, Declaración sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas Nostra aetate, 1.

5 Id., Declaración sobre la libertad religiosa Dignitatis humanae, 7.

6 Benedicto XVI, Discurso a la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (18 abril 2008): AAS 100 (2008), 337.

7 Cfr Conc. Ecum. Vat. II, Declaración sobre la libertad religiosa Dignitatis humanae, 2

8 Juan Pablo II, Discurso a los Participantes en la Asamblea Parlamentaria de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) (10 octubre 2003), 1: AAS 96 (2004), 111.

9 Cfr Benedicto XVI, Carta enc. Caritas in veritate, 11.

10 Cfr Benedicto XVI, Carta enc. Caritas in veritate, 11.

11 Cfr Cicerón, De inventione, II, 160.

12 Cfr Benedicto XVI, Discurso a los Representantes de otras Religiones del Reino Unido (17 septiembre 2010): L’Osservatore Romano (18 septiembre 2010), p. 12.

13 Conc. Ecum. Vat. II, Declaración sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas Nostra aetate, 2.

14 Ibidem.

15 Super evangelium Joannis, I, 3.

16 Cfr Benedicto XVI, Discurso a las Autoridades civiles y al Cuerpo diplomático en Chipre (5 junio 2010): L’Osservatore Romano (6 junio 2010), p. 8; COMISIÓN TEOLÓGICA INTERNACIONAL, En busca de una ética universal: una mirada sobre la ley natural, Ciudad del Vaticano 2009.

17 Pablo VI, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1976AAS 67 (1975), 671.

18 Ibid., p. 668.

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