Pascuajoven 2015

 Foto: Ema Varrone

 

Este fin de semana se reedita el festival de música y arte PASCUAJOVEN, que ha llegado a ser uno de los más destacados de la música católica en nuestro país. Bajo el lema “Jesús resucitado, en Familia te anunciamos”, viernes y sábado se llevarán a cabo en el Salón del Colegio Cristo Redentor, de Paraná, desde las 21, dos noches de música y arte para celebrar la Pascua.

El viernes 10 actuarán el Taller de Teatro de la Esc. Integral Melvin Jones, el ganador del Certamen de la Canción Pascual “Crisol de Fe”, de la parroquia San Francisco de Borja de Paraná, Maxi Larghi (Villa Mercedes/Bs. As.), El Grito de Abel (Villa María), Daniel Poli (Bs. As.). El sábado 11 se realizará la Muestra de Artes Plásticas, con obras de 20 artistas en pintura y fotografía, y en el escenario actuarán Kairos (Santa Fe), Pablo Martínez (Rosario), Vive (Paraná), Jesed (San Nicolás), Athenas (Bs. As.) y Dadadá (Paraná). También habrá participaciones especiales de Vanina y Emiliano Barón y el grupo de teatro Ubuntu. Se pide una contribución de $35 pesos por noche, y hasta el viernes se venden en las librerías San Francisco Javier, del Arzobispado, y San Pablo, anticipadas para las dos noches por $50.

Más información: Facebook comunidad pascuajoven parana

Homilía del Arzobispo en la Misa Crismal

 

 

MISA CRISMAL

CATEDRAL NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO

1 de abril de 2015

 

Queridos hermanos en el Señor:

 

Esta Santa Misa, en el hoy de la liturgia, nos hace sentirnos contemporáneos a ese jueves grande, que llamamos con emoción el día de la Eucaristía y del sacerdocio ministerial, y también recordamos con gratitud aquel momento en el que el Obispo, por la imposición de las manos y la oración consacratoria, nos introdujo en el sacerdocio de Jesucristo.

 

Iluminados por el evangelio que acabamos de escuchar, volvemos nuestra mirada atenta y creyente a la sinagoga de Nazaret, Jesús se apropia la profecía de Isaías y se presenta a sus contemporáneos,  como lleno del Espíritu, él tiene clara  consciencia de su identidad y de la misión recibida. Él, asume que identidad y misión son dos aspectos de una misma realidad: Él es el Hijo amado del Padre que, por la fuerza del Espíritu se reconoce enviado a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor”.

 

Todos los bautizados  nos reconocemos, hijos amados del Padre y enviados por el poder del Espíritu a una misión.

En esta noche, nosotros los sacerdotes queremos actualizar la clara conciencia de haber sido ungidos y enviados a anunciar la Buena Noticia a los pobres y a proclamar un año de gracia. Esta es nuestra identidad y nuestra misión, que se identifican.  

 

Hemos sido consagrados, ungidos, para siempre al servicio de Dios, para  servir a los hombres  en comunión con Jesucristo. Después de la homilía les preguntaré a los sacerdotes y a mí mismo en nombre del Señor: «¿Quieren unirse más fuertemente a Cristo y configurarse con él, renunciando a ustedes mismos y reafirmando la promesa de cumplir los sagrados deberes que, por amor a Cristo, aceptaron gozosos el día de su ordenación para el servicio de la Iglesia?».

 

Así se manifiesta que nuestra vocación  requiere un vínculo interior, más aún, una configuración con Cristo y, con ello, la necesidad de una superación de nosotros mismos, una renuncia a aquello que es solamente nuestro, a la tan invocada autorrealización, o autorreferencia, como  nos dice el Papa Francisco… Se pide que nosotros,   no reclamemos la vida para nosotros mismos, que no la retaceemos  sino que la pongamos a disposición  de Cristo. Que no me pregunte: ¿Qué gano yo, que tengo ganas?, sino más bien: ¿Qué puedo hacer yo por Él y también por mis hermanos?

 

Queridos hermano: estamos caminando hacia el Sínodo Arquidiócesano, ciertamente un momento de gracia que requiere, como lo decía San Juan Pablo II, un proceso de conversión para disponer nuestro corazón a una pastoral orgánica y nuestras parroquias a una actitud decididamente misionera.  Queda claro que la configuración con Cristo es el presupuesto y la base de toda renovación. 

 

Desde Pablo, y a lo largo de la historia, se nos han dado continuamente estas mediaciones del camino de Jesús en figuras vivas de la historia. Nosotros, los sacerdotes, podemos pensar en una gran multitud de sacerdotes santos, que nos han precedido para indicarnos la senda: comenzando, Carlos Borromeo, el gran renovador, Juan María Vianney, el beato Cura Brochero, el Papa San Juan Pablo II y tantos sacerdotes que han apacentado el rebaño de Cristo en estas tierras entrerrianas. Los santos nos indican cómo funciona la renovación y cómo podemos ponernos a su servicio. Hoy Jesús nos pide una vez más nuestra renovada entrega y nuestro anhelo ardiente de santidad;  al hacer memoria de ellos nos permiten comprender también que Dios no mira los grandes números ni los éxitos exteriores, sino que remite sus victorias al humilde signo del grano de mostaza.

 

Creo que todos somos conscientes y sufrimos los momentos de dificultades que estamos viviendo como Presbiterio “En cierto sentido la Iglesia vive en permanente estado de crucifixión. Es la condición normal de la Iglesia presente, prolongación de Cristo crucificado. Y los cristianos, que formamos la Iglesia, vivimos fundamentalmente en la Cruz. En una permanente Cuaresma que prepara la Pascua definitiva. La glorificación futura de los elegidos –de toda la Iglesia– depende de la intensidad de la crucifixión presente. No puede acobardarnos, por eso, la virulencia de ciertos ataques externos o de determinados escándalos internos” ( cardenal Pironio)., por eso mismo quisiera pedirles que vuelvan a ese momento lejano o cercano de la ordenación sacerdotal cuándo fueron llamados por su nombre y dijeron llenos de temor y emoción “Adsum” “Heme aquí””. Frente a nuestro pueblo volvamos a decirle al Señor con las palabras de Pedro. “Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero”. (Jn. 21,17) Aquí estoy para servirte, para trabajar por Tu Reino. “Apacienta mis ovejas” ( ibid).

 

Para poder vivir así con fidelidad quisiera pedirles dos cosas: en primer lugar: vamos a bendecir los óleos y consagrar el crisma, lo cual nos recuerda por un lado que hemos sido ungido y por otro que somos ministros de la unción. “La unción,  nos dice Francisco; no es para perfumarnos a nosotros mismos, ni mucho menos para que la guardemos en un frasco, ya que se pondría rancio el aceite… y amargo el corazón… Nuestra gente agradece el evangelio predicado con unción, agradece cuando el evangelio que predicamos llega a su vida cotidiana, cuando baja como el óleo de Aarón hasta los bordes de la realidad, cuando ilumina las situaciones límites…Lo que quiero señalar es que siempre tenemos que reavivar la gracia e intuir en toda petición, a veces inoportunas, a veces puramente materiales…el deseo de nuestra gente de ser ungidos con el óleo perfumado, porque sabe que lo tenemos. Intuir y sentir como sintió el Señor la angustia esperanzada de la hemorroisa cuando tocó el borde de su manto…

 

 El sacerdote que sale poco de sí, que unge poco… se pierde lo mejor de nuestro pueblo, eso que es capaz de activar lo más hondo de su corazón presbiteral. .. De aquí proviene precisamente la insatisfacción de algunos, que terminan tristes, sacerdotes tristes, y convertidos en una especie de coleccionistas de antigüedades o bien de novedades, en vez de ser pastores con «olor a oveja… Es verdad que la así llamada crisis de identidad sacerdotal nos amenaza a todos y se suma a una crisis de civilización; pero si sabemos barrenar su ola, podremos meternos mar adentro en nombre del Señor y echar las redes. Es bueno que la realidad misma nos lleve a ir allí donde lo que somos por gracia se muestra claramente como pura gracia, en ese mar del mundo actual donde sólo vale la unción – y no la función – y resultan fecundas las redes echadas únicamente en el nombre de Aquél de quien nos hemos fiado: Jesús.”(Homilía Misa Crismal 2013.)

 

En segundo lugar quisiera traer a la memoria unas palabras de Jesús dichas en la última Cena. “Yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre” Jo.15, 15. Este es el significado profundo de ser sacerdote: llegar a ser amigos de Jesucristo para lo cual debemos comprometernos todos los días.

 

Amistad significa comunión de pensamiento y voluntad, de sentimiento y de obra. Debemos conocer cada vez más a Jesucristo de un modo  más personal, escuchándolo, viviendo con Él, estando con Él, compartiendo su suerte.

Jesús se retiraba muchas noches al  monte, también nosotros tenemos a ese monte interior que debemos escalar, el monte de la oración. Sólo así hay verdadera amistad. El tiempo que dedicamos a la oración es un tiempo de actividad profundamente pastoral. El exceso de actividad puede ser heroico, pero infecundo sino brota de una intimidad con el Señor. Ser amigos de Jesús, es ser hombres de oración, así lo reconocemos y salimos de la ignorancia de los simples siervos.

 

La amistad con Jesús siempre es, por antonomasia amistad con los suyos.” Sólo podemos ser amigos de Jesús, nos dice Benedicto, en la comunión con el Cristo entero, con la cabeza y el cuerpo…

Pidamos al Señor que nos colme con la alegría de su unción y de su amistad para que con gozoso celo podamos servir a su verdad y a su amor.

 

Quiero tener un recuerdo especial en esta noche por los sacerdotes que partieron a la casa del Padre en este último año y a los sacerdotes de nuestra Arquidiocesis que están sirviendo o estudiando en otras diócesis dentro y fuera de nuestra patria. Un pensamiento especial para nuestros hermanos religiosos en el año de la Vida Consagrada.

Termino con unos consejos que hace pocos días en Nápoles dio el Papa Francisco a los sacerdotes:

 

Nos recordó que el centro de la vida de  sacerdote o consagrado «es Jesús». Jesús en el centro, no el chismorreo, la ambición, el dinero» advirtió.

 

Si alguien no quiere a la Virgen, la Madre no le dará a su Hijo…Ella siempre nos lleva a Jesús, es Madre. El centro del ser de la Virgen es ser madre».

 

El espíritu de pobreza precisó el Papa, es otro testimonio. También en los sacerdotes que no tienen ese voto. Y recordó que «la pobreza es una bienaventuranza».

 

El tercer testimonio que es necesario dar, indicó el Pontífice,  es la misericordia. «¿Hemos olvidado las obras de misericordia espirituales y corporales?”

 

Francisco quiso recordar también la necesidad de que la fraternidad  sacerdotal sea un  testimonio para nuestro pueblo.

¿Cuál es el signo de que no hay fraternidad? «Los chismorreos. El terrorismo de los chismorreos, uno va lanza la bomba y se queda fuera.  Los chismorreos son un terrorismo a la fraternidad diocesana.

 

«Quisiera terminar con tres cosas» concluyó el Papa: Primero la adoración. ¿Hemos perdido el sentido de la adoración?  Segundo: amor a la Iglesia. Tercero: celo apostólico, misionaridad. Aquí la Iglesia debe convertirse más.

El Sínodo quiere ser una humilde respuesta a este pedido del Papa.

 

Queridos hermanos apoyen a sus sacerdotes con su afecto y colaboración, especialmente con la oración para que seamos a imagen del corazón del Buen Pastor. Recen por los seminaristas, para que sean fieles, oren insistentemente  por las vocaciones sacerdotales y religiosas.

 

Queridos sacerdotes que Dios Padre renueve en nosotros el Espíritu de Santidad con que hemos sido ungidos, que el Señor los bendiga. Gracias por su entrega, Dios los recompensará como nos prometió.

 

Nuestra Señora de Rosario, nuestra Madre y Patrona te pido para nuestros sacerdotes:

“la dulce y confortadora alegría de evangelizar”

 

La alegría de  ser plenamente Cristo a los ojos del Padre, hundido en la Trinidad y hundido en los hombres

Alegría de darse siempre: de sentir que las almas lo van devorando en la caridad y que Dios mismo lo va consumiendo en el amor.

 

Alegría de sentir que su vida va siendo fecunda, no en la medida en que aparece y brilla, sino en la medida que desaparece.

 

 Alegría de no pertenecerse, sino pertenecer a la Iglesia y a las almas. De no ser dueño de sus cosas, de su tiempo, de su salud y de su vida.

 

Alegría de la virginidad sacerdotal: cuando la castidad es plenitud espiritual y no ausencia o represión. Es plenitud de amor y condición de verdadera paternidad

 

Alegría de la Cruz: porque sabemos que entonces es infaliblemente fecundo nuestro ministerio. Y en la medida de la Cruz está la medida de nuestro gozo.

 

“En esta hora difícil para el mundo –de la angustia, de la tristeza y del desaliento– se nos pide a los sacerdotes que vivamos con intensidad la esencia del Evangelio y que nos hundamos en un clima permanente de serenidad, de alegría y de esperanza. No que vayan a desaparecer los problemas, los dolores y las naturales inquietudes. Pero, en medio de todo, está la ardiente exhortación de Jesús que suena como una infalible promesa: «En el mundo tendréis que sufrir mucho; pero tened coraje: Yo he vencido al mundo».  Cardenal Pironio

 

Madre que seamos discípulos enamorados, ardorosos misioneros.

Que así sea

 

Agenda del Arzobispo en Semana Santa

 

01 de Abril – Miércoles Santo

Por la mañana, Encuentro general del Clero

19.00hs. Misa Crismal en la Catedral Metropolitana

 

02 de abril – Jueves Santo

10.00hs. Acto y Desfiles por el día de Malvinas

17.00hs. Recepción y bendición de la Imagen de Nuestra Señora de Lujan que será colocada en el centro de Veteranos de Guerra de Malvinas.

19.00hs. Misa de la Cena del Señor en Catedral Metropolitana.

 

03 de abril – Viernes Santo

18.00hs. Celebración de la Pasión del Señor, Catedral Metropolitana

20.30hs. Marcha Juvenil del Viernes Santo

 

04 de abril – Sábado Santo

09.30hs. Visita a enfermos del Hospital San Martín

21.00hs. Solemne Vigilia de Pascua, Catedral Metropolitana

 

05 de abril – Domingo de Pascuas

11.00hs. Solemne Misa de Pascuas en catedral Metropolitana

Vía Crucis Viviente

Integrantes de la Capilla Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, están organizando el tradicional Vía Crucis Viviente, donde en esta ocasión se realizara la 24° edición.

El Viernes Santo 3 de abril a las 20:30 se realizará una nueva edición del Vía Crucis Viviente organizado por integrantes de la Capilla Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

Se trata de la vigésima cuarta edición que tendrá lugar en un camping del barrio km. 5 ½, en la zona sur de Paraná.

La entrada será totalmente libre y gratuita. Solo se dispondrá de alcancías en la entrada principal, para todos aquellos que, a modo de ofrenda,  deseen colaborar con la organización.

Marcha Juvenil de las Siete Iglesias

Desde el equipo de Pastoral de Juventud Paraná se invita a participar de la marcha juvenil de las Siete Iglesias que todos los años se realiza tradicionalmente el Viernes Santo.

La convocatoria está fijada para las 20.30 y no se suspende por lluvia. Desde Catedral, sigue por San Miguel, Residencia del Obispo, Hospital San Roque, San Roque, Santa Teresita  y Don Bosco.

Invitación abierta para Jornadas de Pascua

 

Bajo el lema «Nunca es pequeño lo que se hace por Amor», el Movimiento de la Palabra de Dios invita a vivir las Jornadas de Pascua.

Las jornadas serán los días jueves 2, viernes 3 y sábado 4 de abril y tendrán lugar en el Instituto Cristo Redentor de Paraná, (entrada por Dean J. Álvarez). 

Horarios de 10:00 AM a 18:00.

Se trata de un encuentro con Jesús Vivo en nuestros corazones.

La invitación es abierta y sin costo ni inscripción previa.

 

Los organizadores sugieren llevar

• Comida para el medio día

• Merienda

• Cuaderno y birome.

•  Evangelio (en caso de no tener no hay inconvenientes)

Semana Santa

 

Miércoles Santo

Este miércoles tendrá lugar la Misa Crismal que presidirá el arzobispo, Mons. Juan Alberto Puiggari junto a todo el presbiterio a las 19hs. en la catedral Metropolitana. Esta será la única Misa del día en la ciudad.

La Misa Crismal, presidida por el obispo y concelebrada con los presbíteros de la diócesis, es la celebración en la que se consagra el Santo Crisma (de aquí el nombre de Misa Crismal) y bendice además los restantes óleos o aceites (para los enfermos y lo que se van a bautizar).

La palabra crisma proviene de latín chrisma, que significa unción. El crisma es la materia sacramental con la cual son ungidos los nuevos bautizados, son signados los que reciben la confirmación y son ordenados los obispos y sacerdotes, entre otras funciones.

El rito de esta misa, de la Misa Crismal, incluye la renovación de las promesas sacerdotales. Tras la homilía, el obispo invita a sus sacerdotes a renovar su consagración y dedicación a Cristo y a la Iglesia. Juntos prometen solemnemente unirse más de cerca a Cristo, ser sus fieles ministros, enseñar y ofrecer el santo sacrificio en su nombre y conducir a otros a él.

 

Jueves Santo

El Jueves Santo Jesús se reunió con sus discípulos para celebrar la Pascua en una cena especial en la que lavó los pies a sus discípulos dándoles ejemplo de humildad y amor, instituyó el Sacerdocio con las palabras “Haced esto en memoria mía” al convertir el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre, momento en el que también instituye la Eucaristía para así quedarse con nosotros para siempre.

Llegada la noche, Jesús se retiró, junto con Pedro, Santiago y Juan a orar en el Huerto de Getsemaní. Es ahí donde Jesús acepta cargar con los pecados de toda la humanidad antes de su pasión. Fue inmensa su agonía, sufría a tal grado que sudó gotas de sangre. Aun así, acepta seguir adelante: “No se haga mi voluntad, sino la Tuya”.

Seguramente sabía que pronto le iban a apresar. Y así sucedió. Un gran número de hombres armados con espadas y garrotes, con Judas Iscariote a la cabeza, llegaron al lugar. Judas, el apóstol que lo vendió por 30 monedas de plata, se acercó a Jesús y lo besó, así pudieron aprehender a Jesús.

 

¿Qué se recuerda el Viernes Santo?

Volvemos a vivir con Jesús su Pasión: la aprehensión, interrogatorios, flagelación, coronación de espinas y la crucifixión. Este día recordamos la Pasión de Nuestro Señor: su aprehensión, los interrogatorios de Herodes y Pilato; la flagelación, la coronación de espinas y la crucifixión.

En aquel entonces, la crucifixión era la ejecución más cruel y degradante que se conocía. Un ciudadano romano no podía ser crucificado. La muerte sobrevenía después de una larga agonía.

Jesús en la cruz, con un sufrimiento físico y moral muy grande, fue capaz de perdonar a los que lo ofendieron.

Desde la cruz, Jesús nos termina de dar su mensaje de amor y salvación dejándonos a su Madre y enseñándonos a perseverar hasta el final. El sacrificio de la cruz se vuelve a vivir en cada Eucaristía, por medio de ella, Jesús sigue vivo y permanece con nosotros.

El Viernes Santo lo conmemoramos con un Vía Crucis solemne y con la ceremonia de la Celebración de la Pasión del Señor en la que se hace la adoración de la cruz.

 

Sábado Santo: dolor en la espera

Durante el Sábado Santo la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor meditando en su Pasión y Muerte, y se abstiene de celebrar el sacrificio de la Misa, por lo que conserva el altar totalmente desnudo, las imágenes se cubren y los sagrarios están abiertos. No puede darse la Sagrada Comunión (más que a modo de viático), hasta la Vigilia Pascual (“al caer el sol”).

Durante el día es importante recordar que Jesús compartió con nosotros a su madre para que acudamos a Ella en las alegrías y dificultades. Antes de morir y en presencia de María y Juan, Jesús expresó: “Madre, ahí tienes a tu hijo” “Ahí tienes a tu Madre” (Jn. 19, 26-27).

Dar el pésame a la Virgen es unirnos en su dolor y sufrimiento por la Pasión y Muerte de Jesús. María es una mujer que acaba de perder a su hijo, todo su ser se ha sacudido por lo que ha visto en los días que acaban de pasar. Ver a su hijo en la Cruz. En el corazón de María había un gran dolor.

Por la noche se celebra la Vigilia Pascual durante la cual, además de bendecir el fuego, se prepara el Cirio Pascual, se bendice el agua y se encienden velas en señal del paso de la oscuridad a la luz con la Resurrección del Señor, fundamento de nuestra fe.Después de la Vigilia solemne o espera nocturna de la resurrección, se desborda la alegría pascual que inunda los cincuenta días subsiguientes.

Domingo de Pascua: Termina la Semana Santa

La Semana Santa termina con la fiesta de Resurrección de Jesús, fundamento de nuestra fe, es también cuando inicia la Pascua que es la fiesta más importante para los cristianos.

«Este es el día del triunfo del Señor. Aleluya», con esta Antífona de Entrada inicia la Misa del día de esta importante festividad.

Subsidio para el trabajo de los Grupos Sinodales de Estudio

 

A continuación compartimos el material titulado “En la escucha del Espíritu que nos ayuda a reconocer comunitariamente los signos de los tiempos”.

El mismo puede resultar de utilidad e interés para la reflexión y el estudio de los Grupos Sinodales que están trabajando en etapa preparatoria. (Descargar)