PASCUAJOVEN: Certamen y Festival

El sábado 22 comenzó PASCUAJOVEN, en el Colegio Don Bosco, con un taller sobre Música y Nueva Evangelización a cargo de Pablo Martínez. Luego se realizó el Certamen de la Canción Pascual, con la participación de artistas de Rafaela, San Nicolás, Rosario, Feliciano y Paraná. Resultó ganadora la canción «Él es» de la banda de Feliciano, «Dejando huellas», que, además de formar parte del festival del sábado 29, obtienen el premio de grabar la canción en un estudio y filmar un videoclip.
Asimismo el grupo paranaense Kairé, con su canción «Resurrección y vida» obtuvo una mención especial.
El jurado estuvo integrado por Eduardo Retamar, Pablo Martínez y el Pbro. Claudio Masutti.
La jornada concluyó con un recital de Pablo Martínez.
El sábado 29 se realizará la noche central de PASCUAJOVEN, en el Colegio Cristo Redentor, desde las 20,30 hs. Allí estará expuesta la muestra de Artes Plásticas, conformada por los trabajos de más de diez artistas, y se realizará el cierre del Concurso de Fotografías, que ofrece de premio un viaje para dos personas a las Cataratas del Iguazú.
FESTIVAL: Por otra parte subirán al escenario de PASCUAJOVEN 2017 Daniel Poli (Bs.As), Dadadá, Crisol de Fe, Jesed (San Nicolás), Luces y Sombras, Dejando huellas, Vive y Simones (Posadas). También habrá una participación especial del grupo de teatro Ubuntu.
Se ha fijado una contribución de $80, que se puede conseguir anticipadamente en las librerías San Pablo, San Francisco Javier y Santa Teresita a $60.

Parroquia de Fátima: Misión del Centenario

La Parroquia Nuestra Señora de Fátima esta preparándose para un tiempo de Misión, que se desarrollará en los meses de mayo a octubre.

Por eso se invita a quienes quieran participar en esta “Misión del Centenario” a que lo hagan del siguiente modo:

* Donando rosarios en una urna que habrá especialmente en la Parroquia, para entregar luego a cada familia que se visite.

* Visitando los hogares de la manzana de la casa del misionera.

* Acercando un tríptico con la imagen de la Virgen de Fátima y el material preparado.

Los interesados pueden acercarse por la tarde a la Secretaría Parroquial (Rondeau 849), o bien, anotarse antes de cada misa.

Para inscripción y mayor información: 0343 – 4240831

3° Sínodo Arquidiocesano de Paraná

En esta etapa, y tal como lo establece el Reglamento del 3° Sínodo Arquidiocesano, una vez concluido el Sínodo, el Arzobispo nombrará una Comisión Post-sinodal que es la encargada de acompañarlo en estas instancias finales del Sínodo. Así, lo ayudarán en la consulta a las parroquias, la elaboración de la reglamentación y el seguimiento de la aplicación de las mismas.

De este modo, se convocarán Asambleas Parroquiales de Pastoral que estudiarán las conclusiones y calificarán cada proposición como “urgente”, “conveniente” o “no-necesaria”.

La propuesta, es que se realicen dos asambleas para valorar las 10 cuestiones, con sus respectivas propuestas. El proceso terminará en la fiesta de Pentecostés del 2017.

Para cada una de dichas asambleas se propone el siguiente temario:

a. Asamblea pastoral parroquial de cuaresma

Se valoran las siguientes cuestiones:

1. Corresponsabilidad de los miembros de la comunidad en la renovación misionera de la Parroquia

10. Renovación y/o conversión de los organismos de comunión y participación parroquiales en clave misionera

2. Parroquia e Iniciación cristiana

4. Parroquia como comunidad eucarística

5. La parroquia como comunidad caritativa

b. Asamblea pastoral parroquial del tiempo pascual

Se valoran las cuestiones restantes:

6. Parroquia y pastoral familiar

7. Parroquia y pastoral juvenil y vocacional

3. La comunicación en la vida parroquial

8. Parroquia y escuela católica

9. Parroquia y formación de agentes de pastoral

3° Sínodo Arquidiocesano: Testimonio de las Asambleas

En esta etapa del 3° Sínodo Arquidiocesano, se están realizando las Asambleas Parroquiales de Pastoral que estudian las conclusiones y califican cada proposición como “urgente”, “conveniente” o “no-necesaria”.

A continuación compartimos un par de testimonios que nos han llegado desde diferentes parroquias: “Este sábado tuvimos la primera asamblea del sínodo en nuestra parroquia Inmaculado Corazón de María. Fue una hermosa experiencia de comunidad donde antes de votar cada cuestión tuvimos la posibilidad de comprender de qué hablábamos en cada caso. Nuestras sinodales y el Padre Mario, aclararon todas dudas de los presentes antes de pasar a votar cada punto de la cuestión. Esta primera jornada nos llevo tres horas para las cuestiones 1 y 10. Las próximas las haremos en otro día y horario que ya fue agendado”.

Por su parte, la Parroquia Santa Teresita del Niño Jesús, de Paraná celebró su Asamblea el sábado 11 de marzo, y desde ese espacio, una asambleísta narró: “Se fueron desarrollando los pasos propuestos por la Comisión Post-Sinodal en un buen clima de escucha atenta, intercambio y trabajo. Los distintas Instituciones y Movimientos Parroquiales estuvieron representados con algunos de sus miembros y se contó con la participación de otros fieles de la Comunidad. La Asamblea se organizó con la colaboración de agentes de pastoral diversos y culminó con la celebración de la Santa Misa”.
La propuesta, es que se realicen dos asambleas para valorar las 10 cuestiones, con sus respectivas propuestas. El proceso terminará en la fiesta de Pentecostés del 2017.

Mensaje del Papa para la Cuaresma

MENSAJE DEL SANTO PADRE
BENEDICTO XVI PARA LA CUARESMA 2013

 

Creer en la caridad suscita caridad
«Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él» (1 Jn
4,16)

 

Queridos hermanos y hermanas:

La celebración de la Cuaresma, en el marco del Año de la fe, nos ofrece una ocasión preciosa para meditar sobre la relación entre fe y caridad: entre creer en Dios, el Dios de Jesucristo, y el amor, que es fruto de la acción del Espíritu Santo y nos guía por un camino de entrega a Dios y a los demás.

 

1. La fe como respuesta al amor de Dios

En mi primera Encíclica expuse ya algunos elementos para comprender el estrecho vínculo entre estas dos virtudes teologales, la fe y la caridad. Partiendo de la afirmación fundamental del apóstol Juan: «Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él» (1 Jn 4,16), recordaba que «no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva… Y puesto que es Dios quien nos ha amado primero (cf. 1 Jn 4,10), ahora el amor ya no es sólo un «mandamiento», sino la respuesta al don del amor, con el cual Dios viene a nuestro encuentro» (Deus caritas est, 1). La fe constituye la adhesión personal ―que incluye todas nuestras facultades― a la revelación del amor gratuito y «apasionado» que Dios tiene por nosotros y que se manifiesta plenamente en Jesucristo. El encuentro con Dios Amor no sólo comprende el corazón, sino también el entendimiento: «El reconocimiento del Dios vivo es una vía hacia el amor, y el sí de nuestra voluntad a la suya abarca entendimiento, voluntad y sentimiento en el acto único del amor. Sin embargo, éste es un proceso que siempre está en camino: el amor nunca se da por «concluido» y completado» (ibídem, 17). De aquí deriva para todos los cristianos y, en particular, para los «agentes de la caridad», la necesidad de la fe, del «encuentro con Dios en Cristo que suscite en ellos el amor y abra su espíritu al otro, de modo que, para ellos, el amor al prójimo ya no sea un mandamiento por así decir impuesto desde fuera, sino una consecuencia que se desprende de su fe, la cual actúa por la caridad» (ib., 31a). El cristiano es una persona conquistada por el amor de Cristo y movido por este amor ―«caritas Christi urget nos» (2 Co 5,14)―, está abierto de modo profundo y concreto al amor al prójimo (cf. ib., 33). Esta actitud nace ante todo de la conciencia de que el Señor nos ama, nos perdona, incluso nos sirve, se inclina a lavar los pies de los apóstoles y se entrega a sí mismo en la cruz para atraer a la humanidad al amor de Dios.

«La fe nos muestra a Dios que nos ha dado a su Hijo y así suscita en nosotros la firme certeza de que realmente es verdad que Dios es amor… La fe, que hace tomar conciencia del amor de Dios revelado en el corazón traspasado de Jesús en la cruz, suscita a su vez el amor. El amor es una luz ―en el fondo la única― que ilumina constantemente a un mundo oscuro y nos da la fuerza para vivir y actuar» (ib., 39). Todo esto nos lleva a comprender que la principal actitud característica de los cristianos es precisamente «el amor fundado en la fe y plasmado por ella» (ib., 7).

 

2. La caridad como vida en la fe

Toda la vida cristiana consiste en responder al amor de Dios. La primera respuesta es precisamente la fe, acoger llenos de estupor y gratitud una inaudita iniciativa divina que nos precede y nos reclama. Y el «sí» de la fe marca el comienzo de una luminosa historia de amistad con el Señor, que llena toda nuestra existencia y le da pleno sentido. Sin embargo, Dios no se contenta con que nosotros aceptemos su amor gratuito. No se limita a amarnos, quiere atraernos hacia sí, transformarnos de un modo tan profundo que podamos decir con san Pablo: ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí (cf. Ga 2,20).

Cuando dejamos espacio al amor de Dios, nos hace semejantes a él, partícipes de su misma caridad. Abrirnos a su amor significa dejar que él viva en nosotros y nos lleve a amar con él, en él y como él; sólo entonces nuestra fe llega verdaderamente «a actuar por la caridad» (Ga 5,6) y él mora en nosotros (cf. 1 Jn 4,12).

La fe es conocer la verdad y adherirse a ella (cf. 1 Tm 2,4); la caridad es «caminar» en la verdad (cf. Ef 4,15). Con la fe se entra en la amistad con el Señor; con la caridad se vive y se cultiva esta amistad (cf. Jn 15,14s). La fe nos hace acoger el mandamiento del Señor y Maestro; la caridad nos da la dicha de ponerlo en práctica (cf. Jn 13,13-17). En la fe somos engendrados como hijos de Dios (cf. Jn 1,12s); la caridad nos hace perseverar concretamente en este vínculo divino y dar el fruto del Espíritu Santo (cf. Ga 5,22). La fe nos lleva a reconocer los dones que el Dios bueno y generoso nos encomienda; la caridad hace que fructifiquen (cf. Mt 25,14-30).

 

3. El lazo indisoluble entre fe y caridad

A la luz de cuanto hemos dicho, resulta claro que nunca podemos separar, o incluso oponer, fe y caridad. Estas dos virtudes teologales están íntimamente unidas por lo que es equivocado ver en ellas un contraste o una «dialéctica». Por un lado, en efecto, representa una limitación la actitud de quien hace fuerte hincapié en la prioridad y el carácter decisivo de la fe, subestimando y casi despreciando las obras concretas de caridad y reduciéndolas a un humanitarismo genérico. Por otro, sin embargo, también es limitado sostener una supremacía exagerada de la caridad y de su laboriosidad, pensando que las obras puedan sustituir a la fe. Para una vida espiritual sana es necesario rehuir tanto el fideísmo como el activismo moralista.

La existencia cristiana consiste en un continuo subir al monte del encuentro con Dios para después volver a bajar, trayendo el amor y la fuerza que derivan de éste, a fin de servir a nuestros hermanos y hermanas con el mismo amor de Dios. En la Sagrada Escritura vemos que el celo de los apóstoles en el anuncio del Evangelio que suscita la fe está estrechamente vinculado a la solicitud caritativa respecto al servicio de los pobres (cf. Hch 6,1-4). En la Iglesia, contemplación y acción, simbolizadas de alguna manera por las figuras evangélicas de las hermanas Marta y María, deben coexistir e integrarse (cf. Lc 10,38-42). La prioridad corresponde siempre a la relación con Dios y el verdadero compartir evangélico debe estar arraigado en la fe (cf. Audiencia general 25 abril 2012). A veces, de hecho, se tiene la tendencia a reducir el término «caridad» a la solidaridad o a la simple ayuda humanitaria. En cambio, es importante recordar que la mayor obra de caridad es precisamente la evangelización, es decir, el «servicio de la Palabra». Ninguna acción es más benéfica y, por tanto, caritativa hacia el prójimo que partir el pan de la Palabra de Dios, hacerle partícipe de la Buena Nueva del Evangelio, introducirlo en la relación con Dios: la evangelización es la promoción más alta e integral de la persona humana. Como escribe el siervo de Dios el Papa Pablo VI en la Encíclica Populorum progressio, es el anuncio de Cristo el primer y principal factor de desarrollo (cf. n. 16). La verdad originaria del amor de Dios por nosotros, vivida y anunciada, abre nuestra existencia a aceptar este amor haciendo posible el desarrollo integral de la humanidad y de cada hombre (cf. Caritas in veritate, 8).

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Declaración de Benedicto XVI anunciando la renuncia

Ofrecemos a continuación la declaración completa del Santo Padre anunciado al colegio cardenalicio su renuncia al ministerio de Obispo de Roma.

 

«Queridísimos hermanos,

Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia.

Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando.

Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado.

Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.

Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos.

Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice.

Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria».

 

Benedicto XVI renuncia al pontificado

Ciudad del Vaticano (AICA) El Papa anunció su decisión de dejar el pontificado el 28 de febrero

El anuncio lo hizo personalmente hoy, en latín, durante el consistorio para la canonización de los mártires de Otranto. “Un rayo ha caído del cielo”. Con estas palabras calificó la decisión del Papa, el decano del Colegio Cardenalicio, cardenal Angelo Sodano. El Santo Padre aseguró que no se encuentra con fuerzas y confiesa que el vigor de su cuerpo “en los últimos meses disminuyó en modo tal que debo reconocer mi incapacidad para administrar bien el ministerio a mí confiado”.

 

El Papa anunció su decisión de dejar el pontificado el 28 de febrero. El anuncio lo hizo personalmente hoy, en latín, durante el consistorio para la canonización de los mártires de Otranto. “Un rayo caído del cielo”. Con estas palabras calificó la decisión del Papa, el decano del Colegio Cardenalicio, cardenal Angelo Sodano. El Santo Padre aseguró que no se encuentra con fuerzas y confiesa que el vigor de su cuerpo “en los últimos meses disminuyó en modo tal que debo reconocer mi incapacidad para administrar bien el ministerio a mí confiado”.

Palabras del Papa
Queridísimos hermanos, los he convocado a este consistorio no solo para las tres canonizaciones, sino también para comunicarles una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia. Después de haber examinado repetidamente mi conciencia delante de Dios, he llegado a la certeza de que mis fuerzas, por la edad avanzada, no son ya las necesarias para ejercer de modo adecuado el ministerio petrino.

Soy bien consciente de que este ministerio, por su esencia espiritual, puede realizarse no solo con las obras y las palabras, sino también sufriendo y rezando. No obstante, en el mundo de hoy, sujeto a rápidos cambios y agitado por cuestiones de gran importancia para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el evangelio es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del alma.

Vigor que en los últimos meses me ha disminuido de tal manera que debo reconocer mi incapacidad para administrar bien el ministerio a mí confiado. Por esto, buen sabedor de la gravedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, sucesor de San Pedro, confiado a mí por mano de los cardenales el 19 de abril del 2005. De modo que, desde el 28 de febrero del 2013, a las 20, la sede de Roma y la sede de San Pedro quedará vacante y deberá convocarse, por aquellos a quienes compete, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.

Queridísimos hermanos, les agradezco de todo corazón por todo el amor y el trabajo con el que han llevado conmigo el peso de mi ministerio. Y les pido perdón por todos mis defectos. Ahora, confiamos la Santa Iglesia al cuidado del Sumo Pastor, nuestro Señor Jesucristo, e imploramos a su santa Madre María para que asista con su bondad materna a los padres cardenales en la elección del nuevo Sumo Pontífice. Respecto a mí, quiero servir también en el futuro a la Santa Iglesia de Dios con todo mi corazón, con una vida dedicada a la oración”.

 

FUENTE: AICA

 

Declaración completa de Benedicto XVI

Nombramientos de párrocos, administradores y vicarios

El Arzobispo ha hecho oficial los siguientes nombramientos:

 

PÁRROCOS Y ADMINISTRADORES

Pbro. Jorge Fontana,  Párroco de San Roque, Paraná

Pbro. Leandro Maggione, Administrador Parroquial de Santa Rafaela María, Paraná

VICARIOS PARROQUIALES

Pbro. Ariel Parisse, vicario de Ntra Señora de La Paz, en La Paz

Pbro. Miguel Oviedo, vicario de Sagrado Corazón de Jesús,  Paraná

Pbro. Hernán Arizmendi, vicario  de Nuestra Sra. de Luján, Paraná

Pbro. Juan Ignacio Martínez, vicario en Santa Teresita, Paraná

Pbro. Germán Brussa, vicario en San José Obrero, Paraná

Pbro. Julián Muñoz, vicario de la comunidad de Santa Elena

Pbro. Carlos Cepeda, vicario de San Francisco de Borja, Paraná

Pbro. Ariel Gaitan, vicario de Santa Rosa, Villaguay

Pbro. Gustavo Monteagudo, vicario de Santa Ana, Viale

Pbro. Rodrigo Zabala, se le ha concedido un tiempo sin tareas pastorales por motivos personales.-

Nombramientos

La Oficina de Prensa,  por pedido del Arzobispo, da conocer una serie de nombramientos que se realizarán en nuestra arquidiócesis.

 

RENUNCIAS
El Arzobispo de Paraná, Mons. Juan Alberto Puiggari, ha aceptado la renuncia al cargo de Rector del Seminario Arquidiocesano de Paraná que el Pbro. Mario Haller le había presentado para terminar sus estudios doctorales, la aceptación entra en vigencia a partir del 2 de marzo.

El Arzobispo de Paraná, Mons. Juan Alberto Puiggari, ha aceptado la renuncia como párroco de Nuestra Señora del Carmen, de Paraná, que el Pbro. Javier Balcar le había presentado por motivos personales.

 

EL ARZOBISPO HA NOMBRADO:

– Rector del Seminario Arquidiocesano “Ntra. Sra. del Cenáculo” al Pbro. Eduardo Jacob.
– Rector del Instituto Ntra. Sra. del Cenáculo al Pbro. José Carlos Badano. 
– Delegado Episcopal para Educación al Pbro. José Carlos Badano.
– Director Espiritual del Seminario Arquidiocesano al Pbro. Néstor Kranevitter.
– Prefecto del Curso Propedéutico al Pbro. Matías Volpe.
– Párroco de Ntra. Sra. de Luján, al Pbro. Héctor Rodríguez. 
– Párroco de San Juan Bosco y Santo Domingo Savio, al Pbro. Benito Vernaz.
– Párroco de Santa Rosa de Lima, en Villaguay, al Pbro. José Dumoulin.
– Párroco de Ntra. Sra. del Carmen, de Paraná, al Pbro. Miguel Velazco.
– Párroco de San Roque, al Pbro. Rodrigo Zavala.
– Párroco de Cristo Rey, de Villa Clara, al Pbro. Miguel Velazquez.
– Párroco de San Cipriano y San Francisco Javier, de Diamante, al Pbro. Javier Marghein.
– Párroco de Ntra. Sra. de Fátima, al Pbro. Diego Murador.
– Párroco de Santa Lucia, al Pbro. Daniel Ponce.

Los cambios de vicario parroquiales se comunicaran en los primeros días de febrero.
La toma de posesión de los nuevos párrocos serán en la primera quincena de marzo.