Bajo el título “2023: Un nosotros que nos incluya y hermane a todos”, los obispos de la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina, difundieron un mensaje en el que expresan que “este tiempo hemos podido celebrar juntos el inolvidable triunfo deportivo de la Selección nacional de fútbol. Festejándolo supimos postergar diferencias y superar divisiones en la experiencia emocionante de una alegría común”.

El texto, fechado el 28 de diciembre  y firmado por el presidente, Mons. Oscar V. Ojea;  el  Vicepresidente 1º, Mons. Marcelo Colombo; el Vicepresidente 2º, Mons. Carlos Azpiroz Costa, OP y el Secretario General,  Mons. Alberto G. Bochatey, OSA, agrega que “anhelamos para el año que comienza que podamos renovar las actitudes y las disposiciones para la convivencia democrática, dejando de lado todo lo que acreciente las divisiones”.

El mensaje completo puede leerse aquí

En el Mensaje de la tradicional Jornada Mundial de la Paz que se celebra cada 1° de enero, el Papa Francisco nos propone este año “concebirnos a la luz del bien común, con un sentido comunitario, es decir, como un “nosotros” abierto a la fraternidad universal (…) es hora de que todos nos comprometamos con la sanación de nuestra sociedad y nuestro planeta, creando las bases para un mundo más justo y pacífico, que se involucre con seriedad en la búsqueda de un bien que sea verdaderamente común.” (Papa Francisco, Mensaje, n.5).

Este tiempo hemos podido celebrar juntos el inolvidable triunfo deportivo de la Selección nacional de fútbol. Festejándolo supimos postergar diferencias y superar divisiones en la experiencia emocionante de una alegría común.

Anhelamos para el año que comienza que podamos renovar las actitudes y las disposiciones para la convivencia democrática, dejando de lado todo lo que acreciente las divisiones, ponga en riesgo la institucionalidad y postergue la discusión de los temas urgentes en relación con la pobreza, la deuda social, la educación y el crecimiento del país.

Es imprescindible superar la desmesura que nos lleva a agredir y descalificar a quienes no piensan como nosotros. La crisis que vivimos exige para este nuevo año 2023, no pensar solo en preservar los intereses personales, partidarios y electorales, sino buscar decididamente, en el máximo respeto a la Constitución Nacional, aquellos consensos básicos que aseguren el compromiso para superar los urgentes problemas del país.

Que el Niño Jesús, nacido en la humildad del pesebre, nos ayude a vivir el Espíritu de la Navidad que resuena en nuestro corazón y traiga la paz para este año nuevo que vamos a celebrar, porque Él mismo es nuestra Paz (Efesios 2, 14).