Desde el lunes 7 hasta el viernes 11 se desarrolla la 121° Asamblea Plenaria del Episcopado Argentino, en la Casa de Retiros “El Cenáculo”, en la localidad de Pilar. Monseñor Juan Alberto Puiggari, participa de este encuentro.

La misma estará presidida por el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina y obispo de San Isidro, Mons. Oscar Ojea junto a la Comisión Ejecutiva que componen Mons. Marcelo Colombo, Vicepresidente Primero; Mons. Carlos Azpiroz Costa, OP, Vicepresidente Segundo y el Secretario General, Mons. Alberto Bochatey, OSA.

Han sido convocados 96 obispos de todo el país, y se encuentran invitados el Nuncio Apostólico Mons. Miroslaw Adamczyk, 41 obispos eméritos y 2 obispos electos.

Las sesiones comenzaron en la tarde del lunes con el habitual intercambio pastoral donde los obispos de las distintas regiones del país comparten las realidades de la evangelización y desafíos que se presentan en este tiempo. Las sesiones continuarán este martes y miércoles con el tratamiento del Camino Sinodal. Los Obispos profundizarán el documento de trabajo de esta primera etapa de escucha, y pondrán la mirada especialmente en esta 121° Asamblea sobre la Pastoral Juvenil y Vocacional.

Los Obispos reflexionarán aspectos que tienen que ver con la vida de los Presbíteros y recibirán para su debate y aprobación el plan de Formación para los Seminarios. Se debatirán a lo largo de esta semana el documento para el itinerario para la Formación de los Catequistas, textos litúrgicos presentados por la Comisión Episcopal de Liturgia y avances en el camino de reforma económica que lleva adelante la Conferencia Episcopal.

Homilía de Mons. Ojea, presidente de la CEA en la misa de Apertura

“El Evangelio que escuchamos nos habla de la inevitabilidad del escándalo y de la necesidad de no provocarlo. Etimológicamente el escándalo es una piedra en el zapato. Hay que cuidarse mucho de no ser obstáculo para que los demás puedan seguir caminando y avanzando en su camino de maduración humana y cristiana.

La profunda división en la que vivimos como sociedad es un motivo de escándalo y es causa de perplejidad para muchas personas.

La pandemia no nos ha dejado un mundo mejor, sino una nueva pandemia de graves desequilibrios y rupturas.

El comienzo del Proceso Sinodal es un intento de construcción de la unidad que hace la Iglesia frente a un mundo colmado de desencuentros para sanar las heridas de la violencia y de los enfrentamientos”. El texto completo, puede leerse aquí.

Foto: PRENSA CEA