A continuación compartimos el resumen leído por el Santo Padre este miércoles 7. Se trata su segunda catequesis en el ciclo dedicado al discernimiento, que comenzó el pasado 31 de agosto.

“Queridos hermanos y hermanas:

Continuamos nuestra reflexión sobre el discernimiento, y para esto puede ayudarnos el ejemplo concreto de un santo: Ignacio de Loyola. Cuando Ignacio estaba convaleciente, después de haber sido herido en una pierna durante una batalla, se dedicó a leer. Él hubiera preferido las historias de caballería, pero en su casa sólo había libros de santos. Sin embargo, leyendo esos relatos, conociendo figuras como la de san Francisco y santo Domingo, sintió que el estilo de Dios lo atraía y lo invitaba a cambiar de vida.

Durante ese tiempo, Ignacio fue descubriendo que en su interior había una alternancia de pensamientos. Cuando pensaba en las cosas del mundo se sentía fascinado, pero después todo eso lo dejaba vacío. En cambio, cuando pensaba en las cosas de Dios, aunque al principio le suscitaba cierta resistencia, finalmente experimentaba una profunda paz y alegría. Por eso, san Ignacio recomendaba leer las vidas de los santos, porque nos ayudan a ver cómo actúa Dios en nuestra propia existencia y en nuestra historia concreta”.

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