A continuación compartimos el resumen leído por el Santo Padre sobre la Catequesis de este miércoles 7 de abril.

“Queridos hermanos y hermanas:

Reflexionamos hoy sobre la relación entre la oración y la comunión de los santos. Cuando rezamos nunca estamos solos, sino en compañía de otros hermanos y hermanas en la fe, tanto de los que nos han precedido como de los que aún peregrinan a nuestro lado. En esta comunión, los santos —sean reconocidos o anónimos, “de la puerta de al lado”— rezan e interceden por y con nosotros. Junto a ellos, estamos inmersos en un mar de invocaciones y súplicas que se elevan al Padre.

En las oraciones que encontramos en la Biblia, y que a menudo resuenan en la liturgia, podemos reconocer las voces de muchas personas que han vivido la misma aventura humana. Esas oraciones, que pueden ser de petición, de acción de gracias o de alabanza —como el Magníficat, el Benedictus— se difunden de generación en generación. Y así, cada vez que juntamos las manos y abrimos el corazón para rezar, nos unimos a la oración del único santo Pueblo fiel de Dios.

Vivimos la comunión en la oración cuando rezamos unos por otros, cuando pedimos y ofrecemos plegarias por diversas necesidades. El primer modo de rezar por alguien es hablarle a Dios de esa persona. Si lo hacemos con frecuencia, cada día, nuestro corazón no se cierra, sino que permanece abierto a los demás. Rezar por otras personas es el primer modo de amarlas y de estarles cerca de manera concreta”.