A “sinodiar” se aprende… “sinodiando”…

 

El Sínodo arquidiocesano ha comenzado. Ha sido convocado por el arzobispo de Paraná con ocasión del centenario del primer sínodo paranaense y como una providencial oportunidad para discernir el hoy del caminar de la iglesia local.

 

El gran tema del Sínodo

El tema general es el siguiente: “En el contexto de la Nueva Evangelización, la parroquia al servicio de una vida plena para todos”.

Acerca de la parroquia, San Juan Pablo II afirma que “la comunión eclesial, aún conservando siempre su dimensión universal, encuentra su expresión más visible e inmediata en la parroquia. Ella es la última localización de la Iglesia; es, en cierto modo, la misma Iglesia que vive entre las casas de sus hijos y de sus hijas” (ChL 26).

En la exhortación post-sinodal Ecclesia in America, el pontífice polaco se refiere a la necesidad de renovar la institución parroquial, ya que: “la parroquia es un lugar privilegiado en que los fieles pueden tener una experiencia concreta de la Iglesia. La parroquia debe renovarse continuamente, partiendo del principio fundamental de que la parroquia tiene que seguir siendo primariamente comunidad eucarística. Este principio implica que las parroquias están llamadas a ser receptivas y solidarias, lugar de la iniciación cristiana, de la educación y la celebración de la fe, abiertas a la diversidad de carismas, servicios y ministerios, organizadas de modo comunitario y responsable, integradoras de los movimientos de apostolado ya existentes, atentas a la diversidad cultural de sus habitantes, abiertas a los proyectos pastorales y superparroquiales y a las realidades circunstantes”. (EA 41)

También el papa Francisco señala en la exhortación apostólica Evangelii Gaudium que “la parroquia no es una estructura caduca” sino que tiene “gran plasticidad” y, en la medida que sepa “reformarse y adaptarse continuamente, seguirá siendo «la misma Iglesia que vive entre las casas de sus hijos y de sus hijas»” (EG 28).

Con respecto al Sínodo, el aspecto misionero abre y cierra la reflexión sinodal sobre la parroquia (cuestiones 1ª y 10ª), aunque se debe subrayar la comunidad eucarística como la fuente y la cumbre de toda la vida de la parroquia según la mens eclesial manifestada en el Concilio. En realidad, los acentos misionero y eucarístico han sido los dos grandes aspectos subrayados en la reflexión sobre la parroquia durante el S. XX. Hoy, el primero se impone por el contexto eclesial (evangelización = Pablo VI, nueva evangelización = Juan Pablo II – Benedicto XVI y “salida misionera” = Francisco) y el segundo acento se impone “per se” porque es parte de la innegable tradición eclesial y la centralidad de la Eucaristía es un acento del Concilio Vaticano II, punto de llegada y de partida de la praxis pastoral eclesial. Además, todos somos conscientes de la necesidad de reforzar tanto el espíritu misionero cuanto la participación eucarística y redescubrir el domingo como parte de la identidad cristiana como enseñaba Juan Pablo II en referencia a lo uno y a lo otro.

Además de los acentos misionero y eucarístico, es también importante el concepto de parroquia como comunidad de comunidades. Un aspecto que no se deberá descuidar será la presencia de la Virgen María en la historia y la actualidad del “caminar” de la Iglesia paranaense.

Luego de la consulta hecha al Pueblo de Dios, el arzobispo ha delimitado las diez (10) cuestiones ya conocidas. En esta oportunidad presentamos las Comisiones de Trabajo que asumen la tarea de preparar el Instrumento de trabajo incluyendo el aporte venido y por venir de los Grupos sinodales de estudio.

 

Las diez cuestiones del Sínodo

La primera cuestión es Corresponsabilidad de los miembros de la comunidad en la renovación misionera de la parroquia. La Comisión de Trabajo es coordinada por el P. Cristian Torres, a quien acompañan como peritos Silvina Galliusi, Luis Acosta, Etelvina Martínez, Grisel Varini y Mónica Laporta. Parte de la reflexión tendrá en cuenta la renovación misionera de las parroquias para llegar al alejado (periferias existenciales, sociales, y espirituales), el tema de la parroquia y la nueva evangelización para llegar a todos los sectores de la parroquia a través de nuevas metodologías de evangelización y recuperar como parroquia el espíritu misionero.

La segunda cuestión trata el tema Parroquia e Iniciación cristiana. Coordinada por la Prof. Graciela Ledesma de Borghello  e integrada por los siguientes peritos: P. Claudio Masutti, Stella Maris Barrios, Carlos Comolli, Norberto Piccoli y  Marta Benedetich, procurará analizar la Iniciación cristiana, como un desafío que nos permita revisar cómo estamos educando en la fe y como estamos alimentando la vivencia cristiana. Este proceso debe partir desde la catequesis pre-bautismal para padres y padrinos y tener una continuidad activa de niños y adultos después de haber recibido los sacramentos. Tendrá tres espacios muy importantes a pensar: primero la iniciación cristiana “tradicional” de niños comprendida como un proceso en el cual se lo viva como un “gran sacramento” y el acompañamiento de la comunidad que es quién inicia. Lo segundo, muy solicitado en la consulta realizada, una especie de “re-iniciación cristiana” a los adultos bautizados y no suficientemente evangelizados. Por último, el catecumenado de adultos que tiene que ver con los miembros de la parroquia que no son bautizados.

La tercera cuestión es La comunicación en la vida parroquial. A cargo del Lic. Ceferino Saín, acompañado como peritos por el P. Ignacio Patat, Pablo Sors, Clarisa Martínez, Carolina Dumé y Santiago Pidone, tratará el tema del uso de los instrumentos de comunicación masiva y de los medios digitales por parte de la parroquia. Un nuevo areópago de nuestra cultura son los medios de comunicación. Se deben buscar medios para la comunicación interna de la comunidad y para el uso de los medios masivos con el fin de evangelizar y en particular la evangelización de los novísimos areópagos del espacio virtual y las redes sociales, auténticos creadores de cultura.

La parroquia como comunidad eucarística es la cuarta cuestión. Coordinada por el P. Néstor Kraneviter ayudado por Esteban Luna, Mirta Gutiérrez de Herrlein, Ricardo José María Claucich, Ignacio Rodriguez y Claudia Varisco de Grandoglio, tendrá que pensar los siguientes temas: la centralidad de la Eucaristía dominical, la pastoral sacramental, la oración personal y comunitaria y la piedad popular. La centralidad de la Eucaristía dominical es un reto a la evangelización. Desde esta centralidad se deben tocar temas relacionados como la adoración eucarística, la piedad popular; las Misas por los enfermos y afligidos, etc. Como correlato de esta cuestión hay que abordar los espacios parroquiales para fomentar la oración personal y comunitaria.

La parroquia como comunidad caritativa es la quinta cuestión y la última de este año. El coordinador de la misma es el Acólito Jorge Achor a quien acompañan como peritos el P. Javier Murador, José Cassano, Carolina Loizaga, Jorge Cerana y José Olivera. Entre otros temas tratará el perfil de Caritas, las diversas periferias existenciales, especialmente los enfermos, la pastoral de las adicciones y el cuidado del medio ambiente. La Caritas Parroquial necesita redimensionarse para que sea la expresión de la caridad en acción de toda la comunidad parroquial. El Sínodo debe pensar si se la mantiene como una institución de asistencia inmediata o se la redimensiona, uniéndola, con el marco general de la pastoral social y la pastoral de la misericordia.

Las cinco cuestiones restantes son:

  • Parroquia y Pastoral familiar
  • Parroquia y Pastoral juvenil y vocacional
  • Parroquia y escuelas católicas
  • Parroquia y agentes de pastoral
  • Renovación y/o conversión de los organismos de comunión y participación parroquiales en clave misionera.

Acerca de estas cuestiones y los coordinadores y peritos de las Comisiones de Trabajo expondremos en otra oportunidad. Como se sabe, el tratamiento de estas cuestiones se abordará durante el año 2016.

Cabe recordar también que sea a nivel de la Iglesia universal sea de la Iglesia de Argentina se están viviendo otros hechos eclesiales de gran importancia o nos estamos preparando para ello: el año de la Vida Consagrada, el próximo Sínodo de los obispos acerca de la familia, el anunciado Año de la misericordia y el Congreso eucarístico nacional, junto a la probable visita del Santo Padre a nuestro país.