Este jueves 23 de octubre se cumplen 125 años de la llegada a la Argentina de los primeros Misioneros de la Sociedad del Verbo Divino (SVD), fundada en 1875 por San Arnoldo Janssen.

Como actividad central en nuestra Arquidiócesis, Monseñor Juan Alberto Puiggari presidió la misa el miércoles 22 de octubre en la parroquia San José, de la localidad de Crespo.

En nuestra Arquidiócesis la presencia de los Servidores del Verbo es las comunidades de San José de Crespo e Inmaculada Concepción de Valle María.

Una reseña histórica de la Congregación, puede consultarse aquí.

 

Breve historia

Este año se cumplen 125 años de la llegada de los primeros verbitas a tierras argentinas (1889-2014). Los Misioneros del Verbo Divino agradecemos al Dios de la vida por tantos años de siembra de la Palabra, por nuestras comunidades que nos acompañan en la misión y hacemos homenaje y memoria por todos los misioneros que nos precedieron.

Los primeros misioneros del Verbo Divino destinados a la Argentina y en arribar a estas tierras del Plata, fueron los padres Enrique Becher y Germán Löcken. La fiesta de despedida en Steyl (Holanda) fue el 15 de septiembre de 1889 con la entrega de la cruz misional. La salida de Steyl fue el 23 de septiembre. El arribo al puerto de Buenos Aires fue el 23 de octubre de 1889.

Tras unas semanas en la capital del país se pusieron en camino hacia San Jerónimo, provincia de Santa Fe. Se radicaron transitoriamente en San Wendelino, paraje cercano, donde se iniciaron en el idioma guiados por un maestro. Una vez con los suficientes conocimientos del castellano, asumieron su primer campo de trabajo en Esperanza, Santa Fe, en 1890.

La congregación fundada por San Arnoldo Janssen en 1875 envió a sus primeros misioneros a China y su segundo campo de acción ha sido la Argentina. A los contemporáneos del padre Arnoldo les causó extrañeza que éste aceptara enviar su gente a Latinoamérica, y el hecho suscitó juicios encontrados dentro y fuera de la incipiente sociedad misionera. La actitud del Fundador nos revela que en su mente el concepto de misión tenía un sentido muy amplio, que no se reducía al primer anuncio de la Palabra, sino también a la conservación de la fe y la vida cristiana donde éstas corrían riesgo de perderse.

Este era, precisamente, el caso de numerosos inmigrantes de habla alemana que desde hacía unas décadas vivían en la Argentina. Urgido por insistentes pedidos de asistencia espiritual provenientes de colonos alemanes y suizos radicados en la provincia de Santa Fe, Janssen solicitó y obtuvo de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide la autorización para enviar sus primeros misioneros a la Argentina.

Tras el despliegue de la acción pastoral por las colonias de habla alemana en Entre Ríos, Santa Fe y sur de Buenos Aires y La Pampa, los verbitas comienzan a extenderse hacia Chile y Paraguay. Una fecunda acción los lleva a fundar colegios, una editorial, librerías, atender seminarios y parroquias en la Capital Federal y en las provincias de Jujuy, Misiones, Córdoba, Neuquén, Mendoza, Chaco.

Hoy son cerca de 160 misioneros (sacerdotes y hermanos) venidos de más de 20 países, que a lo largo y ancho del país compartimos la vida y la misión en comunidades interculturales, queriendo ser de este modo un signo de la apertura y universalidad del Reino de Dios que en la Iglesia se hace evidente. (Con datos de AICA).