Prot. C09/12

 

Paraná (Argentina), 22 de junio de 2012

 

A

S. S.

BENDICTO XVI

 

 

SANTÍSIMO PADRE:

 

Esta Iglesia Particular de Paraná, en Argentina, sacerdotes y seminaristas, consagrados y laicos, con ocasión de celebrarse el 29 de junio próximo, en la solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, el Día del Papa, quiere expresarle nuestro sincero amor filial y nuestra plena comunión y solidaridad.

 

Por Su persona, Su serenidad y fortaleza, confirmamos nuestra fe, Santo Padre, como signo visible de la Iglesia, que es roca firme y barca segura, aún en medio de cualquier “viento en contra”, como ha señalado recientemente Su Santidad al finalizar el VIIº Encuentro Mundial de las Familias en Milán. Y renovamos la esperanza en la presencia del amor de Dios y de Cristo Resucitado, que está vivo, y “tiene de su mano” a la Iglesia, también viva y robusta, a través de la paterna benevolencia del Papa Benedicto XVI que la conduce.

 

En la Arquidiócesis de Paraná se aprecia mucho al Papa, se reza por Sus intenciones, se sigue Su magisterio, se presta obediencia a lo que manda, se medita con Sus alocuciones de las audiencias generales de los miércoles o con ocasión del saludo dominical a la hora del ángelus, se difunden las noticias sobre los momentos más importantes de Su ministerio universal, especialmente Sus viajes apostólicos, y se vibra con Su corazón de Pastor, Sus alegrías y también Sus tristezas por la Iglesia y la humanidad.

 

Queremos manifestarle, rotundamente, la cohesión y unidad de esta Iglesia Particular en la fidelidad al Santo Padre Benedicto XVI. Esa virtud de la fidelidad, lealtad y vínculo afectivo con el Papa, como Su Santidad señaló el pasado 11 de junio, caracteriza no sólo a los directos colaboradores del Vicario de Cristo, sino a todo católico. Confiamos en que Dios nos ayudará a crecer siempre más en la fidelidad y comunión con el Romano Pontífice y la Iglesia universal, “orientación segura para la propia peregrinación en la historia”.

 

Cuente con nuestro compromiso, Santidad, en la tarea para una conversión auténtica que nos haga testigos más creíbles para la nueva evangelización del mundo en que se empeña la Iglesia.

 

 

Juan Alberto PUIGGARI

Arzobispo de Paraná